Genovés muestra en San Sebastián su inquietud por "estos tiempos absurdos"
Genovés presenta en San Sebastián una veintena de obras centradas en la figura humana
A Juan Genovés (Valencia, 1930), uno de los máximos exponentes de la vanguardia española, le hierve la sangre ante una guerra preventiva como la de Irak, pero también cuando se vacía de contenido la palabra "democracia", se miente con descaro o reverdecen viejas ideas. Lleva más de medio siglo demostrándolo con su pintura y con su intenso activismo social. "El artista, lo quiera o no, es siempre notario de su sociedad", asegura. Genovés muestra hasta el 4 de abril en San Sebastián una veintena de piezas que reflejan su momento actual de "inquietud" por "estos tiempos absurdos"."Ésta es una exposición muy representativa de mi momento actual", señala Genovés. "No hago una pintura directa en el sentido anecdótico, pero está muy relacionada con estos tiempos tan absurdos y violentos que estamos viviendo, con esta época tan difícil para quienes hemos creído en el progreso".
En la veintena de trabajos que presenta en la galería Kur (Zurriola, 6) -acrílicos sobre tabla, tela y lienzo, técnica mixta y obra sobre papel- la figura humana es protagonista, como lo ha sido siempre en su obra. El artista valenciano la utiliza para plantear sus reflexiones sobre la falta de libertad del hombre en la sociedad actual o su crítica al individualismo y a la pérdida de valores sociales. Genovés raras veces pinta al hombre en solitario, porque lo que le obsesiona es retratar a la sociedad en su conjunto, pero deteniéndose en cada figura "para que el espectador pueda reconocerse". Unos hombres corren, otros parecen enfrentarse.
¿Está plasmando manifestaciones de protesta? "En algunos casos sí, de esa protesta global. Me gustaría pintar una mariposa y el campo y la felicidad, pero no puedo. Siempre asoma el dramatismo que tenemos encima", confiesa. "En todo caso, creo que en el fondo una pintura no es un cartel que diga sólo una cosa; es una especie de máquina que sirve para pensar. Por eso quiero que el espectador tenga bastantes lecturas de mi cuadro", explica.
El autor, quien el 8 de febrero inaugura otra exposición en la galería Marlborough de Madrid, parte en sus obras de un enfoque fotográfico que recuerda a la frialdad del pop. "Parece pintar desde el mismo lugar, pero variando la perspectiva del motivo. Así nos acerca o nos aleja de la escena, para buscar el movimiento en las masas guiadas por la inteligencia colectiva obrera", apuntan los responsables de la galería. En unas ocasiones lo hace en blanco y negro; en otras, en color.
Genovés, Premio Nacional de Artes Plásticas en 1984, no cree que sea pesimista, sino un idealista. Es un extremo que puntualiza, tras hacer un negro retrato de la cultura -"no vive un momento feliz, como el mundo es un barco que se hunde"- y una crítica sobre el individualismo de los artistas. Sin embargo, lo hace con ironía. Rie también al recordar que él, un activista de izquierdas, hizo "guardias al dictador" en el Palacio de Aiete cuando cumplía el servicio militar en San Sebastián.
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