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El Ayuntamiento gastará 300.000 euros en desmontar el velódromo, que costó seis millones y no se estrenó

El gobierno municipal ha convocado el concurso para adjudicar las obras de "desmontaje, traslado y acopio del velódromo de Carabanchel", que comenzarán a mediados de mayo, durarán cuatro meses y costarán al Ayuntamiento cerca de 300.000 euros. Construir ese velódromo, que quedó a medio terminar en 1990 y nunca se ha utilizado, costó entonces casi seis millones de euros. El 90% de ese dinero se fue en pagar una madera de lujo, traída especialmente de África, con la que se elaboró la pista por la que debían rodar las bicicletas, y que ahora, tras 15 años de abandono a la intemperie, será desmontada tablón a tablón y almacenada en el estadio de La Peineta.

Allí quedarán los cotizados tablones hasta que el gobierno municipal decida qué hacer con ellos. El vicealcalde de la capital, Manuel Cobo, afirmó hace dos meses que esa madera podría reutilizarse para fabricar la pista de un nuevo velódromo que se construiría en San Blas, dentro del proyecto olímpico madrileño. Pero eso será si Madrid es elegida sede de los Juegos de 2012, algo que se sabrá el próximo julio. En caso de que la capital pierda la carrera olímpica, la costosísima madera africana del velódromo de Carabanchel podría quedar abandonada para siempre en un almacén municipal.

A la espera de decidir qué se hace finalmente, la Empresa Municipal del Suelo aprobó el pasado noviembre dar vía libre al "desmontaje del velódromo" -aunque, en realidad, lo que se desmantela es la pista-, y adjudicó la dirección de esa obra a Manuel Canalda, el mismo arquitecto que en 1990 dirigió el montaje. Canalda cobrará 33.224 euros. Las obras han salido ya a concurso, serán adjudicadas en 15 días y comenzarán tres meses después, según la Concejalía de Urbanismo. El presupuesto es de 305.068 euros.

El Ayuntamiento dicta así el definitivo certificado de defunción del velódromo, que será convertido en pistas de fútbol. Izquierda Unida reclama que el proyecto de rehabilitación de la instalación sea mucho más ambicioso: "El edificio es suficientemente grande como para albergar, además de las pistas de fútbol, algún tipo de uso cultural", afirma Justo Calcerrada, concejal de IU, que hoy pedirá en el pleno municipal una partida específica del presupuesto de 2005 para este fin. Calcerrada cree que el municipio podría ofrecer el velódromo al equipo de fútbol Carabanchel y, a cambio, quedarse con el estadio que ahora usa este club y destinarlo a ampliar el adyacente polideportivo público de La Mina.

En cualquier caso, el edil de IU exige que el Ayuntamiento tome medidas para que la madera desmontada del velódromo pueda ser reutilizada. "Sería un disparate dejarla olvidada en un almacén, después de lo que costó", señala. Calcerrada, no obstante, tiene sus dudas sobre el estado actual de la pista, que ha estado años a la intemperie. Algunos vecinos denuncian que ha sido usada en ocasiones por grupos de indigentes para hacer hogueras con las que calentarse en invierno.

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