Ni semáforos ni nada

En un reportaje de su periódico, se comenta que Las Rozas no tiene semáforos. Es cierto, pero tampoco tiene iluminación ni servicio de limpieza, ni accesos para acudir a la estación del Pinar sin riesgo para la vida, ni autobuses a dicha estación, ni presencia de la Policía Municipal... al menos en la zona en la que resido.

Entre las calles de Juan Ramón Jiménez, Ramón y Cajal, y Camilo José Cela hay un parque en el que no funciona ninguna farola, lo que es aprovechado por pandillas de incívicos, sobre todo los fines de semana, para hacer botellón, gritar como salvajes, poner petardos, desde que anochece hasta las tres o las cuatro de la mañana. Los desperdicios, cristales de botellas, papeles de hamburgueserías, etcétera, no se recogen en semanas, al igual que en la calle de Juan Ramón Jiménez, donde cualquiera puede apreciar dichos cristales.

La Policía Municipal hace la vista gorda ante la continua doble fila en los bares de Camilo José Cela, no acude cuando se llama a las dos de la madrugada a detener los berridos a los que anteriormente me refería en el parque...

Resumiendo, don Bonifacio, más iluminación, más seguridad, más accesos y menos... enorgullecerse de construir una ciudad para los coches.