El tripartito refuerza el papel de Bargalló como coordinador del Gobierno catalán
El PSC, ERC e ICV quieren poner fin a las tensiones entre el 'conseller en cap' y Presidencia
Los tres partidos que componen el Gobierno de la Generalitat atribuyeron ayer la "sensación de inestabilidad" y de "ruido interno" transmitida en ocasiones por el Ejecutivo durante su primer año de vida a una insuficiente coordinación interna. Para superar este déficit, la comisión de seguimiento del Gobierno tripartito, reunida en la sede de Esquerra Republicana, decidió reforzar la figura y las funciones del conseller en cap, Josep Bargalló, a quien corresponde esta tarea. La comisión de seguimiento juzgó "globalmente positivo" el primer año de actuación del Gobierno presidido por Pasqual Maragall, pese a los sobresaltos vividos y a reconocer que hay aspectos "mejorables".
Pasqual Maragall advirtió el primer día que iba a ejercer la Presidencia de la Generalitat de forma muy distinta a como lo hacía su antecesor, Jordi Pujol. Si éste vigilaba hasta el último detalle todas las actividades de cada uno de sus consejeros, Maragall se ocupa de las grandes cuestiones que considera estratégicas (las relaciones con el Gobierno central, la eurorregión, la representación en el extranjero, el impulso de las reformas institucionales) y delega la coordinación del Gobierno en el conseller en cap.
Pero tras la inesperada dimisión del líder de Esquerra Republicana (ERC), Josep Lluís Carod, como conseller en cap, a su sucesor en el cargo, el también republicano Josep Bargalló, no le ha sido fácil ejercer su autoridad sobre los demás consejeros, tanto sobre los de su partido como sobre los socialistas y los de Iniciativa Verds. En el repaso realizado ayer por la comisión de seguimiento de la marcha del Gobierno catalán, se decidió que el propio Bargalló elabore un protocolo para la coordinación de los consejeros, pues los representantes de los tres partidos están interesados en que su peso político crezca y se afiance. También Maragall ha hecho algunos gestos para potenciar la figura de Bargalló. Por ejemplo, pedir que le acompañe en algunas visitas y en entrevistas con personalidades políticas de relieve.
La comisión de seguimiento decidió celebrar una reunión cada tres meses. El calendario adoptado prevé llevar a cabo la próxima en abril, otra en julio y las siguientes en octubre y diciembre. Los miembros de la comisión quieren evitar que actúe como una segunda instancia gubernamental especializada en resolver crisis que escapen al control del Gobierno. Ésta fue una de la razones que llevaron a dejar pasar unas semanas desde el último episodio de tensión interna, protagonizado por el secretario del Gobierno, Ernest Maragall, y el propio Bargalló a raíz de una filtración de decisiones del Ejecutivo.
A las dificultades para la coordinación interna no es ajeno el hecho de que el Gobierno esté formado por tres partidos. "A nadie se le escapa que si en toda pareja hay dificultades de convivencia, cómo no va a haberlas en un trío", dijo la vicepresidenta del PSC, Manuela de Madre, que encabezó la delegación de su partido. Aseguró que por esta razón el éxito logrado durante este primer año ha sido "el de aprender a caminar juntos".
El republicano Manuel Balcells dio por sentado que la existencia de "fricciones" en el Gobierno forma parte de la normalidad en una coalición. Pero destacó que el tripartito "está dentro de los plazos" previstos en la aplicación de su programa, y particularmente en los dos principales objetivos: la reforma del Estatut y la financiación de la Generalitat.
En la positiva evaluación del primer año de gobierno, el ecosocialista Jordi Guillot, que habló en nombre de Iniciativa Verds-Esquerra Unida, destacó que el tripartito ha logrado establecer un liderazgo político que va incluso más allá de Cataluña. En el conjunto de España "se ha homologado la vía catalana", dijo, "que es la del diálogo y el consenso".
Manuela de Madre aseguró que nadie admitirá "injerencias externas" en la elaboración del proyecto de reforma del Estatut. Republicanos y ecosocialistas advirtieron de que no aceptarán la pretensión del Gobierno central de modificar el sistema de elección de los alcaldes y reclamaron la neutralidad del Gobierno ante el referéndum de la Constitución europea.
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