Castillos en el aire

La fotografía comenzó siendo un experimento científico-técnico que permitía fijar imágenes de la realidad. Pero desde las primeras fotografías ya se vio que el fotógrafo podía elegir el ángulo de visión, controlar la luz que penetraba en la cámara, alterar el revelado y un sinfín de trucos que hicieron que la fotografía dejara de ser una mera técnica que refleja con fidelidad la realidad objetiva para convertirse en un procedimiento subjetivo con posibilidades interpretativas, es decir, poéticas.

Es necesario recordar es

to porque las fotografías de Mireia Sentís (Barcelona, 1947) contienen una gran carga metafórica sin que hayan sido alteradas con procedimientos técnicos. Próximas a la corriente objetiva que inauguraron a finales de los años sesenta Bernd y Hilla Becher, y que ha formado escuela en Europa, las fotografías que ahora presenta Mireia Sentís muestran, sin manipulación, sobrios y desnudos paisajes castellanos en blanco y negro. Sin embargo, estas imágenes veraces han sufrido un deslizamiento que no atañe a las apariencias visuales sino a la intención. En ellas se presentan silos, tendidos eléctricos, estructuras, antenas y apilamientos que se elevan solitarios sobre la llanura castellana. En este sentido, pueden ser entendidas como paisajes contemporáneos en los que podríamos valorar los contrastes de luz y sombra o las formas de las nubes sobre el horizonte.

Un breve texto de introducción hace, sin embargo, que estas imágenes vayan más allá de la mera fotografía paisajística y testimonial, produciéndose en ellas una transformación que opera en quien las contempla. Los castillos, que dieron nombre a Castilla, han sido sustituidos por nuevas estructuras industriales, reconquistando el territorio para la modernidad. Aquellas quimeras medievales, generadoras de sueños sin sentido, son hoy prosaicas torres de una industrialización miserable capaces de conferir un nuevo sentido a las locuciones francesas "faire des châteaux en Espagne" y "aubèrges espagnoles" que expresan, respectivamente, las lucubraciones imposibles y la idea de pobreza.