Las delegaciones en China de la Comunidad y el Ayuntamiento coinciden una hora en Shanghai

Poco más de una hora duró la cena que la delegación de la Comunidad de Madrid que visita estos días China ofreció ayer a la delegación del Ayuntamiento de Madrid, recién llegada a este país. Los dirigentes de ambas instituciones se cruzaron miradas, sonrisas y cortas conversaciones en el ágape que el Gobierno regional organizó en el último piso del rascacielos de 40 plantas que ocupa el céntrico hotel Hilton. "He tenido que recorrer 14.000 kilómetros para que me invites a cenar", bromeó el consejero delegado de Economía municipal, Miguel Ángel Villanueva, con la presidenta Esperanza Aguirre.

La presidenta de la Comunidad, que ha permanecido cinco días en China en su primer viaje oficial al extranjero, decidió que su recorrido comenzase en Pekín y terminase en Shanghai, la gran ciudad comercial del gigante asiático. Villanueva, que estará cinco días en China como representante del gobierno municipal de Alberto Ruiz-Gallardón, prefirió hacer la ruta contraria: iniciar su viaje en Shanghai y acabarlo en la capital. Ayer era, por tanto, el único día -último de Aguirre y primero de Villanueva- que ambos coincidían. Hablaron de pie y durante unos 15 minutos. La presidenta le comentó sus impresiones sobre las ciudades chinas que había visitado. Villanueva escuchó.

El viaje de Aguirre ha estado enfocado a fomentar las inversiones madrileñas en China, mejorar las relaciones con las autoridades responsables de las adopciones de niños, promover la candidatura de Madrid como ciudad olímpica y conquistar a las agencias de turismo. Villanueva coincide con Aguirre en los dos últimos objetivos. De hecho, compartirán interlocutores (los grandes mayoristas turísticos del país) y hasta les ofrecerán las mismas cosas: toros, Real Madrid, flamenco y cultura. En Shanghai se retransmiten por televisión las corridas de toros, el Real Madrid es un auténtico fenómeno social y los chinos se sienten muy atraídos por el flamenco.

Luis Suárez Machota, parlamentario de IU que forma parte de la delegación de la Comunidad desplazada a China, calificó de "buena, pero tardía" la visita de la delegación madrileña, y criticó que la presidenta no se hubiese "preparado más el viaje". Enrique Echegoyen, diputado socialista, también en la comitiva, mostró su admiración por este "gigantesco país" y valoró como positivas las entrevistas de Aguirre con los responsables políticos del Partido Comunista Chino.

Por la tarde, Aguirre dio una conferencia en inglés en la Escuela Internacional de Negocios (Ceibs), donde defendió la política del ex presidente de Gobierno José María Aznar -que también visitó este centro en el año 2000- y recordó su promesa de bajar los impuestos en Madrid y la apertura de los comercios durante 20 días festivos. "Bueno, aunque ustedes abren más", dijo, en referencia a que los comercios de Shanghai abren todos los días del año.

Shanghai es un bosque increíble de rascacielos. Hay más de 100 torres de 400 metros de altura -en Madrid sólo hay tres-. Exteriormente, no se diferencia de ninguna gran ciudad occidental. En ella han abierto tiendas las firmas de lujo más conocidas del mundo y en los bares se bebe alcohol y suena rock and roll.

La seguridad es aparentemente enorme. Policías montados en enormes motos de alta cilindrada, al estilo de las que se pueden encontrar en cualquier ciudad norteamericana, vigilan unas grandes avenidas llenas de lujo.