La policía pide una tregua a Wenger y Ferguson
La bronca entre los técnicos del Arsenal y el Manchester preocupa a las autoridades, que movilizarán a 180 agentes para el duelo entre ambos del día 1
La rivalidad entre el Arsenal y el Manchester United es legendaria y sus respectivos entrenadores, el francés Arsène Wenger y el escocés Alex Ferguson, se tientan agresivamente dentro y fuera del campo. La última disputa pública se remonta al pasado octubre y ha tomado fuerza esta semana con una serie de desprecios e insultos mutuos. La Federación Inglesa intenta, con poco éxito, controlar la marejada entre los dos principales clubes de la Premier hasta el repunte a la cima de la liga del Chelsea en la presente temporada. La policía tomó ayer cartas en el asunto.
La Policia Metropolitana de Londres pidió una tregua en la batalla verbal que mantienen Wenger y Ferguson desde el pasado octubre. En un altercado en el túnel de Old Trafford, tras el encuentro entre sus respectivos equipos, que concluyó con la derrota del visitante Arsenal por 2-0, Ferguson acusó el impacto de un trozo de pizza y algo de sopa. El partido había sido muy polémico por un discutible penalti a favor del Manchester y por una durísima entrada del delantero del United Van Nistelrooy que el arbitró no pitó. En declaraciones posteriores, Wenger acusó al goleador holandés de ser un consumado "tramposo".
La Federación Inglesa (FA) impuso una multa de 15.000 libras (cerca de 22.000 euros) al técnico francés por su salida de tono. Van Nistelrooy, a su vez, quedó suspendido por tres partidos. El asunto parecía oficialmente zanjado, pero Ferguson lo retomó el pasado sábado, a dos semanas del encuentro que enfrentará en Londres a los dos rivales. En una entrevista habló de su indignación por no haber recibido una disculpa de Wenger: "Es una desgracia, pero no espero que Wenger se disculpe jamás, no es de ese tipo de personas". El entrenador del Arsenal se resistió entonces a entrar en el juego de la "provocación" de su contrincante. Pero el pasado sábado, el equipo de Wenger perdió contra el Bolton, cediendo al Chelsea, el líder, una ventaja de diez puntos. La frustración se hizo evidente y Wenger arremetió en días sucesivos contra Ferguson. "Lo que no entiendo", dijo a un grupo de periodistas, "es que él hace lo que quiere y vosotros os plantáis a sus pies. La situación ha sido juzgada y hay un partido previsto en unas semanas. Los entrenadores tienen la responsabilidad de proteger el juego antes del encuentro. Pero en Inglaterra se le castiga a uno por lo que dice después del juego".
Ayer, el técnico francés cargó de nuevo contra su colega del United. Los medios británicos recogieron unas encendidas declaraciones de Wenger a una cadena de televisión francesa: "Ferguson está fuera de control. Ha perdido cualquier noción de la realidad. Busca la confrontación y luego exige disculpas. Ha perdido mucha credibilidad".
Ante la alta temperatura entre ambos técnicos, la policía ha tomado cartas en el asunto. Barry Norman, responsable de la seguridad durante el encuentro del próximo día 1 en Highbury, ha pedido moderación y el fin de las hostilidades verbales que puedan calentar los ánimos de los respectivos hinchas. "Cualquier actividad en vísperas del partido que aumenta la intensidad y hostilidad de los hinchas debe pararse. Si se da una intensa rivalidad entre dos grupos de simpatizantes, que la hay en este caso, cualquier cosa que la incrementa no ayuda nada. Esta intensa rivalidad puede impregnar en la muchedumbre. La gente puede volverse más nerviosa y agresiva con los hinchas contrarios", advirtió el comandante de policía. El día 1, con la visita del United, el campo de Highbury, al norte de Londres, estará controlado con 180 agentes de policía, el doble del despliegue habitual en encuentros de liga.
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