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Reportaje:

Karni, una cita con la muerte

El paso fronterizo de la Franja de Gaza ha pasado de ser un sueño de prosperidad a un símbolo del enfrentamiento

Karni es un espejismo. El paso fronterizo más importante entre Israel y la franja de Gaza fue inaugurado en 1993 y sus impulsores lo presentaron como un ejemplo de convivencia. Su sueño era convertirlo en un enorme pasillo de libertad por el que transitaran a diario centenares de camiones y cuyo flujo permitiera poner en pie una zona industrial en la que se iban a instalar centenares de empresas que generarían más de 20.000 empleos.

"Karni será un ejemplo que demostrará al mundo que la mejor defensa es el comercio y no el Ejército: por donde circula el dinero no hay atentados", había asegurado el laborista israelí Sai Hermesh, alcalde de las comunidades de Shaar Negev, al explicar el proyecto a finales de la década de 1990, cuando trataba de recaudar fondos de la comunidad internacional para el proyecto.

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El paso fronterizo se ha convertido en estos últimos cuatro años en uno de los escenarios más trágicos de la Intifada. Sus accesos, calles y avenidas están manchados de sangre. Los esqueletos de las naves industriales, en los que a duras penas llegaron a trabajar 4.000 obreros, se encuentran abandonados. Los cierres intermitentes e inesperados del paso fronterizo han hecho de Karni un rompeolas en el que se estrellan todas las esperanzas.

"Cuando la situación está en calma, pasan por Karni entre 700 y 800 camiones. Pero cuando ha habido algún ataque, las autoridades cierran las verjas y entonces no pasa nadie", asegura uno de los empleados de la última gasolinera, parada obligatoria antes de llegar al enclave. Muy cerca, el Ejército custodia la zona.

Las autoridades militares israelíes aseguran que desde que estallara la revuelta palestina Karni se ha convertido en uno de los principales objetivos de los radicales, pero también en un inmenso coladero por el que se infiltran a menudo los comandos extremistas. La historia demuestra que Karni era el paso favorito de los violentos mucho antes de la Intifada. En 1996 pasó por allí el suicida que se inmoló en el centro de Tel Aviv, cuya acción causó 13 muertos y más de 125 heridos.

Los responsables de la seguridad palestina acusan también a los soldados de Israel de haber convertido el otro lado de Karni en un inmenso cementerio. Por ejemplo, todos recuerdan que en uno de sus accesos murió el 30 de septiembre de 2000 Mohamed Jamal al Durra, tiroteado por las fuerzas israelíes cuando apenas había cumplido 12 años. Mohamed murió en brazos de su padre, mientras trataba de alertar a los soldados de que eran civiles y no dispararan sobre ellos. Sus fotografías dieron la vuelta al mundo para convertirse en un símbolo de la Intifada. Hoy estas imágenes sirven también para ilustrar el fracaso de Karni.

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