Más Simeone que Makelele
El esquéletico mediocampo del Real Madrid recibirá la ayuda de Gravesen, un centrocampista curtido en el fogoso fútbol sajón. Perteneció al Hamburgo y luego se enroló en el Everton. Ninguno de los dos clubes figura en el gotha europeo. Vivieron tiempos gloriosos, pero hace mucho que no se tiene noticias de ellos en las grandes competiciones. Gravesen se ha adaptado perfectamente al estilo de un fútbol que, sin embargo, no acaba de cuajar en España. Basta comprobar el rendimiento en la Liga de la mayoría de los jugadores procedentes del fútbol inglés. Ninguno ha dejado huella. Sin embargo, el Madrid sigue empeñado en pescar en ese caladero: Beckham, Owen, Woodgate y ahora Gravesen.
Aunque por procedencia, y casi también por estilo, Gravesen podría pasar por inglés, su origen es danés. Dinamarca ha producido excelentes jugadores, caracterizados por su capacidad de adaptación a los rigores de cualquier campeonato. Laudrup, Eljkaer Larsen, Lerby, Arnessen, Morten Olsen, Schmeichel son nombres relevantes de los últimos 25 años, jugadores que se hicieron prestigiosos en las mejores Ligas de Europa. Esta magnífica tradición podría interpretarse como un valor añadido en el caso de Gravesen.
Al Madrid le convenía urgentemente robustecer el medio campo, integrado únicamente por Guti. A Zidane cada vez le cuestan más los largos recorridos; Beckham juega fuera de su posición natural; Figo es un extremo. Tampoco Guti es un medio centro al uso, pero su rendimiento ha sido intachable. ¿Qué añade Gravesen? Energía, dinamismo, un optimismo batallador que recuerda un poco al de Simeone. En un equipo con tendencias depresivas en los últimos meses, la llegada de Gravesen inyecta algo de adrenalina. Como futbolista, no es el estibador que parece. Tiene una técnica más que aceptable, se estira hasta el área con frecuencia y gasta fama de buen rematador de media distancia. Combate por la pelota y siempre está activo. Tampoco es el típico centrocampista que tiene un plan de juego. Es más impulsivo que cartesiano. En todo eso también recuerda a Simeone, con mucho menos remate de cabeza. También recuerda a Simeone en otro punto: no es un medio centro, un especialista defensivo que haga más cómoda la vida a gente como Guti. No es Makelele, no es Mauro Silva, no es la boya sobre la que descansa la estabilidad del equipo. Así que Guti tendrá que oficiar como medio centro puro para hacer la vida más cómoda a Gravesen. El mundo al revés. Todo eso si Guti no vuela de la titularidad, tal y como ha sucedido en el lamentable destino que ha sufrido en las últimos años. Cada fichaje ha conspirado contra Guti. Si ocurre esta vez, no habrá mayor acto de injusticia.
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