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Reportaje:

Thatcher elude la cárcel

El hijo de la Dama de Hierro admite su relación con el golpe contra Obiang

El fallido intento de golpe de Estado en Guinea Ecuatorial, en marzo de 2004, tuvo implicados personajes propios de una novela de espías. Mark Thatcher, el hijo de la Dama de Hierro, la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, y que ha hecho fortuna en negocios de venta de petróleo gracias, en parte, a los contactos de su madre; Teodoro Obiang, el dictador que gobierna del pequeño país africano, tercer productor de crudo de África; Simon Mann, un mercenario inglés que acumuló fortuna con las guerrillas en el sur de África, y los Escorpiones, una agencia surafricana similar al FBI estadounidense que denunció el intento de golpe.

Un nuevo capítulo concluyó ayer cuando Mark Thatcher se presentó con ojos acuosos ante el tribunal en Ciudad del Cabo, Suráfrica, donde admitió "negligencia" en asuntos económicos a cambio de obtener la libertad bajo fianza de unos 385.000 euros y la suspensión de una pena de cuatro años de cárcel en Suráfrica en aplicación de la ley sobre ayuda militar extranjera, que reprime las actividades de mercenarios.

Mark Thatcher confesó que había alquilado un helicóptero utilizado en la intentona golpista en Guinea Ecuatorial

Mark Thatcher admitió que financió el alquiler de un helicóptero, a pesar de sus sospechas de que iba a ser utilizado por mercenarios. Hasta entonces, alegaba que el dinero en cuestión era una inversión humanitaria en una empresa de ambulancias aéreas. Sus abogados aclararon ayer que "Sir Mark no fue acusado de tener ninguna implicación en el intento de golpe en Guinea Ecuatorial" y que el acuerdo se refiere al alquiler del helicóptero "en circunstancias en las que debería haber mostrado mayor cautela".

El portavoz de los Escorpiones, Sipho Ngwema, dijo que Thatcher prometió cooperar con las autoridades surafricanas. El hecho decisivo en el cambio de táctica de la defensa de Thatcher fue la decisión tomada por Crause Steyl de colaborar con la justicia surafricana y contarlo todo sobre la participación de Thatcher. Steyl es el dueño de la compañía que arrendó un Boeing detenido en Zimbabue y que trasladaba a 70 supuestos mercenarios rumbo a Guinea Ecuatorial para derrocar a Obiang. También era el dueño del helicóptero. Según Steyl, el golpe comenzó a planificarse a finales del 2003 y Thatcher fue parte de ello.

Incluso el Gobierno británico estaba informado de la intentona. La posibilidad fue debatida abiertamente en un encuentro en febrero de 2004 en el Royal Institute for International Affairs sobre "transparencia impositiva en Guinea Ecuatorial", según publicó The Guardian. Los Escorpiones también estaban informados.

"Para mí no existe un precio demasiado alto por poder reunirme de nuevo con mi familia, y estoy seguro de que todos ustedes, que son esposos y padres, estarán de acuerdo conmigo", dijo Thatcher poco antes de salir del juzgado en un BMW verde.

Su madre, la baronesa Thatcher, también expresó alivio al conocer que su hijo se libraba de la cárcel. "Ha sido una época difícil para toda la familia; obviamente, estoy contenta de que todo haya concluido. Sé que lo que le importa ahora a Mark es poder reunirse con Diane y los niños lo antes posible", dijo a través de un portavoz en Londres.

Para cuando los 70 mercenarios, encabezados por Simon Mann, fueron detenidos en marzo pasado en el aeropuerto de Harare (Zimbabue), el destino del golpe ya estaba sellado. El Gobierno surafricano había alertado al de Zimbabue. En Guinea Ecuatorial se detuvo a otra docena de hombres, capitaneados por otro mercenario surafricano, Nick du Toit, que fue condenado a 34 años de prisión. Los detenidos en Zimbabue fueron procesados por violar las leyes de inmigración y muchos van a salir en libertad. Mann, condenado a siete años de cárcel, obtuvo ayer una reducción a cuatro años.

Tras la confesión, Thatcher recobró el pasaporte y puede volver a viajar. Aún está pendiente una demanda de extradición a Guinea Ecuatorial.

Mark Thatcher, a la salida del tribunal de Ciudad del Cabo donde se declaró culpable.
Mark Thatcher, a la salida del tribunal de Ciudad del Cabo donde se declaró culpable.REUTERS

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