Tabares culpa a Industria ante el juez del agujero de 3,5 millones en el Ivex
José María Tabares, director general del Instituto Valenciano de la Exportación (Ivex) entre 1997 y 1999, culpó ayer a la Consejería de Industria, entonces en manos de Diego Such, del agujero de 3,5 millones de euros en las cuentas de la entidad a consecuencia del contrato con empresas del grupo Lagier, que debía favorecer la exportación de Ford Europa a Túnez. Tabares firmó avales por valor de 4,3 millones de euros que no se reflejaron en la contabilidad del Ivex, de los cuales le fueron reclamados por entidades bancarias, especialmente el Arab Bank, 3,5 millones. Y ayer, en la primera sesión del juicio contra él y Lagier por estafa, dijo que Industria, cuyo responsable era también presidente del consejo de administración del Ivex, conocía las operaciones.
"Todo el mundo sabía el mecanismo, Industria lo conocía, nunca recibí instrucciones de Industria de reflejar los avales, las instrucciones fueron que siguiera prestando servicio a Ford". Ése fue el núcleo del argumento autoexculpatorio que ayer expuso Tabares al tribunal de la Audiencia de Valencia a preguntas del fiscal, Luis Felipe Bermejo, y de la letrada del Ivex, María Teresa Fernández. La primera sesión del juicio en el que Tabares y el empresario francés Jean Luc Marie Lagier son juzgados por un supuesto delito continuado de estafa, por el que el fiscal pide cinco años de prisión y la devolución entre ambos acusados de los 3,5 millones de euros de agujero que sus acuerdos causaron presuntamente en las cuentas del Ivex, sólo permitió escuchar la versión de Tabares a preguntas de dos de las cinco acusaciones.El ex director del Ivex se desvinculó ayer de cualquier decisión sobre los avales a Lagier. Tabares se incorporó al Ivex en 1990 como director de Comercio Exterior, un cargo sobre el que aclaró a la sala que "no debe confundirse con el de exportación porque era más bien promocional". En 1995, es nombrado subdirector general, responsabilidad que según él "era protocolaria, para sustituir al director general, Juan Mir, en reuniones". En 1997, accedió a la dirección general del Ivex.
Su vinculación con Jean Luc Marie Lagier nació en 1995, cuando Tabares no tenía firma ni poderes como representante del Ivex. Según su relato, fue Ford Europa, concretamente el responsable de comercio exterior, H. Habeerzeth, quien a través Ford España solicitó la participación del Ivex en el impulso a la exportación de vehículos a Túnez. Este país exigió derechos de compensación y reclamó como condición para aceptar la importación que se produjera un determinado volumen de compra de sus productos o de inversiones. En ese punto situó Tabares la aparición de Lagier, de la mano de Habeerzeth. Lagier es responsable de un grupo de empresas con sede en Túnez y en Francia que suscribirá con el Ivex un acuerdo por el que será proveedor para después comprarse a sí mismo, al mismo precio, a través de una empresa francesa. La firma Graficom facturará al Ivex y Tabares extenderá los avales.
La mercancía nunca pasó por España. Tabares dijo que participó en el acuerdo como persona de contacto por orden de Mir. Pero es quien firma, a pesar de no tener tal poder, quien envía comunicaciones y quien se reúne con el letrado de Ford, Miguel Ángel Fernández. Al tribunal le dijo ayer tras ver al menos doce documentos en los que aparece su rúbrica: "Tal vez pequé de confiado y no debí firmar".
La operación de financiación se suscribió con el Banco Exterior de España (BEX), entidad que se retiró a los ocho meses. En 1996 entró en juego el banco jordano Arab Bank con el que Tabares firma un acuerdo por el que se permitirá el descuento de las facturas que presente la empresa Sonotube, de Lagier, que tras convertirse en morosa se cambiará por Graficom. Sólo en dos años, en 1997, la deuda supera 1,5 millones de euros. Tabares, Lagier y el Arab Bank suscriben un contrato en el que aparentemente el empresario francés asume la deuda, pero nunca se hizo efectivo porque la repercusión del 16% del IVA no les pareció beneficioso. Pero eso nunca lo supo ni el consejo de administración del Ivex ni el propio Arab Bank. El hecho coincide con su nombramiento como director general del Ivex. A 31 de diciembre de ese año, la deuda ya era de 3,5 millones. Lagier no pagó las facturas. Tabares siguió firmando avales hasta un valor de 4,2 millones de euros porque, dijo, sus instrucciones fueron "seguir favoreciendo a Ford". La multinacional exportó entre 1997 y 2000 a Túnez 1.010 vehículos por valor de siete millones de euros, según consta en la causa. Pero la reclamación de los bancos del pago de las facturas avaladas hizo que el Ivex planteara una querella en 1999, cuyo desenlace se conocerá al finalizar las, al menos, seis sesiones de vista oral.
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