Un escape obliga a desalojar a 96 familias de Nou Barris

Lo que de entrada pareció sólo un escape de agua por la rotura de una tubería ha acabado con consecuencias mucho mayores para los vecinos de seis fincas del barrio del Turó de la Peira de Barcelona, en el distrito de Nou Barris, que deberán abandonar sus viviendas porque corren el riesgo de venirse abajo y deberán ser derribadas.

Todo comenzó el pasado viernes, cuando el escape originó un movimiento de tierras a la altura del número 49 de la calle de Sant Iscle, una finca de la manzana comprendida entre esta misma calle y las de Montsant e Inca que está afectada por aluminosis, según explicó ayer el consejero delegado de la empresa municipal Regesa, Ferran Julián.

Los servicios técnicos aconsejaron en un primer momento desalojar solamente a las familias del número 45, pero el peligro de que se produzca un derrumbe que arrastre al resto de edificios contiguos ha llevado a desalojar 96 viviendas. Son las que corresponden al edificio citado, además de los números 3 y 5 de la calle de Sant Iscle y 2-4, 6-8 y 10 de la de Monsant.

La manzana entera está afectada por la rehabilitación del barrio, de forma que tarde o temprano todas las familias habrían abandonado los pisos. Así, a 40 de las 96 familias les quedaba sólo un mes para trasladarse a nuevas viviendas. Peor lo tienen las otras 56, cuyas nuevas viviendas tardarán todavía tres años en estar a punto. Julián destacó ayer que, a estas últimas, "el Ayuntamiento les ha garantizado un piso puente" para este intervalo de tiempo "sin que pierdan ningún derecho sobre los antiguos pisos". A la espera de localizar estos pisos temporales, las familias están alojadas en dos hoteles.