"Siempre he tenido muy buen cartel"
Pregunta. Los cacos le han dejado sin joyas y sin gemelos. ¿Culpa del ministro del Interior, que no le vigila bien?
Respuesta. No, no. Es culpa de los cacos. Que hay mucho caco en el mundo.
P. ¿Respetaron el soldadito de plomo que les regaló Bono por Navidad?
R. Sí, sí. Porque lo puse en un sitio adecuado y no lo vieron.
P. Ya. Lo tenía escondido.
R. No, hombre. Es un detalle muy bonito.
P. ¿Se considera entre los ministros que han tenido resbalones o lo suyo es impecable?
R. No, yo he tenido errores, y de los errores se aprende. Pero creo que hemos ido aplicando el programa electoral.
P. ¿Se le han quitado las ganas de ir a televisión?
R. De ir a determinados programas en donde no se le deja a uno explicarse adecuadamente.
P. "Ahora soy un auténtico ídolo en el partido y en el Gobierno". ¿Le hacen la ola en el Consejo de Ministros?
R. No, no [ríe]. Hasta eso no llegamos. Pero tenemos muy buen equipo y excelente sintonía.
P. Cuenta que le paran por la calle para jalearle. ¿Se topa con frecuencia con su familia?
R. No, no. Me para gente de todo tipo. Como cuando voy a hacer la compra al mercado de Canillejas, que me dicen: "No te dejes manipular", "dales caña", "sigue así".
P. La vicepresidenta afirmó que era el ministro que más alegrías le daba. ¿Hoy lo mantendría?
R. Yo espero que sí. A lo mejor le he dado algún disgustillo. Pero procuro no dárselos.
P. Todos los diplomáticos se dicen amiguísimos suyos. ¿Había notado tanta popularidad antes de ser ministro?
R. No tanta. Pero la verdad es que siempre he tenido muy buen cartel.
P. Dice que arreglará el problema del Sáhara en esta legislatura.
R. Bueno, por lo menos poner los elementos, la primera piedra para una solución definitiva.
P. ¿Es usted Superman o el primo de Zumosol?
R. No, no. Es un contexto histórico, unas necesidades de las partes y una capacidad de influencia que tiene España.
P. De cero a 10, ¿su autoestima está en el nueve o en el 10?
R. Yo nunca me pongo un 10. Me pongo mi número favorito, que es un ocho.
P. "Conquisté a mi mujer con un zapateado". ¿Convendría que lo repitiera ante Condoleezza?
R. No, pero podría tratar de explicarle las virtudes de la diplomacia española. El flamenco tiene mucho atractivo, porque es cercano al mundo árabe, y podemos ayudar a los americanos a entender mejor ese mundo.
P. "Uno de los personajes que más admiro es Zapatero". ¿Qué, conjurando su posible cese?
R. No, no, en absoluto. A medida que he ido trabajando con él he ido constatando su enorme capacidad de convicción y de compromiso, que es lo que le da esa fuerza interna y esa serenidad.
P. ¿Cuál es el ministro o ministra más colega?
R. La vicepresidenta.
P. Le veo un poco pelota.
R. No. Es la que tiene mayor energía y la que nos coordina excelentemente.
P. Comer bien y beber mejor. No es mal lema el suyo.
R. Es que son dos elementos: la comida, el elemento material; y la bebida, el de inspiración, el que te lleva a otro mundo.
P. El gin-tonic le inspira.
R. Bueno, el gin-tonic me relaja, pero con lo que disfruto es con el vino tinto. En el Burdeos es en el que soy más entendido.
P. Jugaba al fútbol de interior derecho, con el número 8.
R. Sí. Entrené con juveniles del Atlético de Madrid, y lo dejé por la presión familiar para que estudiara. Después jugué con el equipo de antiguos alumnos del Liceo Francés, hasta que me fui de embajador a Israel.
P. Una pena que se malograra: ir para futbolista y quedarse en ministro.
R. No, no. Es mucho mejor ser ministro. Como ministro también se meten muchos goles.
PERFIL
Con 53 años y tres hijos, este campeón escolar de 800 metros afirma que en atletismo "llega un momento en el que no tienes fuerza, pero sí voluntad", y lo compara con la política, en la que dice haberse convertido en corredor de fondo. Se ve paciente, tenaz y generoso, pero también "muy cabezón con los principios y los compromisos"
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