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Crítica:MOTOS: PRUEBA RACING
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La moto de Dani Pedrosa

Así es la Honda RSW que ha dado el título al campeón de 250cc más joven de la historia

UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE. En la sesión de pruebas que convoca cada año el departamento de competición de Honda (HRC) para periodistas, además de poder probar la moto GP de Honda (ver El Viajero de la semana pasada), se pudo rodar, también en Jerez, con la Honda RSW que ha convertido a Dani Pedrosa en el campeón del mundo de 250cc más joven de la historia.

La prueba se realizó tras rodar con la Honda RC211V Moto GP (990cc) y la primera sensación no fue espectacular: ¡parecía un ciclomotor! Pero bastaron tres vueltas para apreciar que de ciclomotor no tenía nada. Es una moto pequeña, incluso la unidad de pruebas, que llevaba las suspensiones adaptadas a pilotos de mayor peso y estatura (Dani Pedrosa pesa sólo 50 kilos). Pero tiene una postura más radical que su hermana mayor, con los manillares mucho más juntos y un diseño más estrecho y recortado. Y sorprenden los mandos, reducidos a la mínima expresión: sólo un cuentarrevoluciones con el límite marcado a 14.000 vueltas y una minipantalla de cristal líquido.

ORFEBRERÍA DE CARRERAS

Los motores de dos tiempos tienen sus días contados, y los departamentos de investigación de las marcas han dejado de desarrollarlos. Aun así, la RSW 250 incorpora los últimos avances y algún secretillo inconfesable más que la convierten en una pieza de orfebrería. El motor es un bicilíndrico en V a 75 grados refrigerado por agua, con dos carburadores Keihin de 38 milímetros y válvulas de láminas directas al cárter. Rinde más de 100 CV a 12.200 revoluciones, una cifra estratosférica para cualquier moto de calle de su cilindrada. Monta un cambio de seis marchas que permite variar fácilmente los desarrollos según el circuito e incluye un sistema semiautomático para subir de marcha sin desacelerar. El chasis de doble viga es de aluminio, como el basculante, y equipa unos frenos de acero (en 250cc no se admite el carbono) con pinzas Brembo de anclaje radial. Pero lo mejor es que el conjunto apenas pesa 100 kilos en vacío.

TODO VA PERFECTO

Como todas las motos de carreras de verdad, la RSW no tiene motor de arranque. Pero basta un leve empujón con la primera velocidad engranada para ponerla en marcha. Después se suelta suavemente el embrague y el motor empieza a emitir un suave petardeo que se convierte en zumbido cuando sube de vueltas tras dejar resbalar el embrague. Y con más de 100 CV para 100 kilos de peso responde con mucha agilidad y ofrece una estabilidad impresionante. Se conduce casi con el pensamiento y frena con una efectividad increíble. Y no sorprende que con menos de la mitad de potencia que una moto GP sólo ceda tres segundos por vuelta en circuitos sinuosos como Valencia.La moto de Pedrosa nos permitió disfrutar cinco breves pero intensas vueltas en Jerez. Y lo más sorprendente es su afinado equilibrio. Nada destaca en especial, pero todo va perfecto y no muestra ningún punto débil. El motor, robusto y muy fiable, tiene suficiente fuerza en baja, buen empuje a medio régimen y una contundente estirada final hasta 12.500 vueltas. Y cuando el piloto se agacha tras el carenado y empieza a subir las marchas como una ametralladora, siempre con el gas a fondo, todo pasa muy deprisa. Pero es muy manejable y precisa en los trazados, tiene una velocidad de paso impresionante en las curvas y frena de forma espectacular sin perder nunca la trayectoria elegida. Una experiencia intensa si no fuera porque la probamos después de la imponente RC211V, la Honda Moto GP de 990cc que ha pilotado Alex Barros y que se publicó la semana pasada.

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