Seis plazas con el tamaño justo
Mucho espacio y seis plazas en una longitud justa para aparcar. El Honda FR-V es un monovolumen medio con soluciones ingeniosas que facilitan la vida familiar. La primera es un interior con seis asientos en dos filas, y añade una mecánica de calidad y unas suspensiones que mejoran la estabilidad, el punto débil de los monovolúmenes. Y el resultado es un coche muy práctico que se conduce casi como un turismo.
Un monovolumen diferente
El auge de los monovolúmenes de tamaño medio en Europa (Scénic, Picasso...) ha provocado que la mayoría de las marcas ofrezcan modelos de este tipo. Pero faltaba Honda, y ante un mercado saturado de coches casi iguales ha optado por ofrecer una alternativa diferente con seis plazas (3+3).
La idea se había aplicado ya en el Fiat Multiplá, pero sacrificando la estética: integrar dos filas de tres asientos exige ensanchar mucho la carrocería y condiciona la línea. La marca japonesa ha resuelto el desafío con una imagen más atractiva. El FR-V mantiene la línea monovolumen, pero tiene una altura de 1,61 metros que, junto a unos ángulos más suaves en el techo, evita que parezca demasiado cuadrado.
El frontal en cuña es voluminoso e integra unos faros grandes y un parachoques fundido con las aletas. En el lateral destaca el escalón de la cintura de las puertas, que combinado con unas aletas traseras musculosas y un portón inclinado hacia delante, estiliza la figura. Y pese a su aspecto macizo y algo pesado, el FR-V parece más un turismo muy ancho que un monovolumen, pero transmite sensación de seguridad y tiene un toque deportivo que lo distingue.
Seis plazas con asientos pequeños
La arquitectura del nuevo Honda es clave para crear un interior amplio y muy aprovechado. La disposición de las seis plazas en dos filas permite alojar una persona más sin aumentar la longitud. Y aparte de suponer una gran ventaja para familias numerosas, reduce la separación y facilita la comunicación entre los ocupantes, un detalle muy práctico si se viaja con niños para poder vigilarlos mejor.
Pero el sistema presenta también inconvenientes que no están bien resueltos. Aunque el asiento central de delante se regula en longitud, como el de atrás, si el pasajero no es muy delgado, molesta con los hombros al conductor. Honda asegura que pueden viajar en esta plaza niños de más de 13 kilos en su silla mirando hacia delante si se retrasa la butaca al máximo, para que queden a salvo de los airbags. Pero no es lo ideal, sobre todo si se produce un choque frontal. Y los asientos -pequeños, cortos de banqueta y con poca sujeción lateral- aumentan los roces e incomodidades en las curvas.
El interior aporta otros detalles prácticos, como la posición del cambio y el freno de mano en la consola central, que deja espacio para el pasajero del medio. Los asientos traseros se pliegan junto con los respaldos de los dos delanteros de la derecha y dejan el piso plano. Y tiene un maletero grande y suficientes huecos para objetos.
Por lo demás, la mecánica es refinada y silenciosa, cuenta con unas suspensiones cómodas y eficaces, y sólo la insonorización deja oír algunos rumores aerodinámicos y de rodadura, aunque no afectan mucho al confort en los viajes.
Sólo con gasolina, de momento
La gama FR-V cuenta con dos motores de gasolina: 1.7 (125 CV) y 2.0 (150 CV). El primero se vende en versión única con seis airbags, ABS, climatizador, ordenador y radio-CD. El otro tiene dos acabados: Confort, que añade el ESP, y Executive, que viene además con techo solar, faros de xenón y más detalles. A mediados de 2005 llegará la versión más interesante, el 2.2 CDTI turbodiésel (140 CV).
Conclusión
El Honda FR-V es un monovolumen muy práctico y original. Ofrece seis plazas en un tamaño muy compacto para la ciudad y tiene un interior amplio y flexible, y una mecánica refinada para viajar. Pero le falta la versión turbodiésel y cuesta más caro que sus rivales.
MÁS CARO QUE LA MAYORÍA
El FR-V 2.0 es más caro que casi todos sus rivales, incluso con el acabado básico Confort, inferior al Executive de la prueba y similar a los de sus competidores. Cuesta 23.000 euros, 900 menos que el Zafira 2.2, aunque éste viene sin ESP (392 euros). Pero el Opel tiene siete plazas en vez de seis y ofrece unas prestaciones superiores.
Los demás son más asequibles, aunque la diferencia con el Corolla Verso se reduce a 600 euros. El Toyota tiene también siete asientos en tres filas, como el Zafira, e incluye un equipo de serie similar. Otra alternativa más económica, aunque con sólo cinco plazas, es el Scénic, que sale 1.500 euros más barato, aunque sin ESP (600 euros). Y el más competitivo sin duda es el Fiat Multiplá 1.6, con seis plazas. Cuesta 4.000 euros menos, pero tiene unas prestaciones muy inferiores y viene menos equipado: sólo cuatro airbags y sin ESP.
MUY PRÁCTICO Y MODULABLE
La anchura del FR-V permite crear un interior muy desahogado y potencia su sentido práctico junto con otras soluciones funcionales. El salpicadero, moderno y con buena presencia, lleva el cambio y el freno de mano en la consola central para dejar espacio al pasajero del centro. Sin embargo, las banquetas de las plazas delanteras son cortas y no se pueden retrasar mucho, lo que impide llevar las piernas bien estiradas si se mide más de 1,80 metros. Y el pasajero de la derecha toca con los pies en el paso de rueda lateral.Los dos respaldos de los asientos centrales se pliegan hacia delante y forman una bandeja muy cómoda en los viajes cuando no se ocupan todas las plazas. Y el delantero del centro habilita un cofre debajo para dejar objetos, que se completa con un cajón a la izquierda del volante y otro bajo el asiento central de delante, bolsas grandes en las cuatro puertas, tres posavasos desplegables en la base del salpicadero, repisa al lado del cambio... Por lo demás, los asientos traseros son individuales y algo estrechos, pero se regulan en longitud y se pliegan de uno en uno para ampliar el maletero. La zaga, de formas macizas pero con los ángulos suavizados, incluye un discreto alerón en el borde superior del portón.
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