¿Debilidad?

Tras oír un número infinito de veces cómo los líderes del PP que catalogan al Gobierno actual de débil, llega el momento en el que una se plantea qué signos de debilidad presenta. Un Gobierno que ha elaborado una ley contra la violencia de género, que trae las tropas de un lugar donde nunca debían haber estado, que propone rebajar el IVA en libros y CD (aunque una vez más la globalización no se lo permita), un Gobierno empecinado en lograr la igualdad entre homosexuales y heterosexuales y en hacer la televisión pública un poco más "visible".

Tras no encontrar dicho signo de debilidad, es el momento de preguntarse: ¿qué es la debilidad para estos señores? Pues bien, deben de ligar la palabra debilidad con la palabra diálogo. Un ministro de Exteriores que incentiva el diálogo en Oriente Próximo y tiene relaciones con sus colegas europeos, un ministro de Trabajo que habla con la patronal y los sindicatos, un presidente que no dice no a un plan sin no haberlo leído antes... ¿Eso es un Gobierno débil? ¿Acaso no es más débil un Gobierno autoritario que enfrenta a la población y la encrespa?

Afortunadamente en España el autoritarismo, y con él los Gobiernos verdaderamente débiles, son parte del pasado.