"Es una casa muy grande que pesa mogollón"
Médicos y psicólogos del Samur-Protección Civil y del Samur Social, respectivamente, acudieron ayer por la mañana junto a diversos voluntarios de Cruz Roja al poblado rumano Cañada de los Canteros para hacer entrega de alrededor de 350 juguetes a los menores allí residentes con motivo de la festividad de los Reyes Magos.
Los juguetes repartidos a unos 60 niños son una donación de la Fundación Save the Children y de los supermercados Alcampo, a los que el jefe del Departamento de Operaciones del Samur-Protección Civil, Ervigio Corral, agradeció el gesto. "Esto, sin duda, es algo estupendo para los trabajadores del Samur, ya que te compensa de otras cosas vividas", comentó Corral.
Con sus juguetes en las manos, Gilber, un niño rumano, mostraba entusiasmado el regalo que le habían traído y explicaba: "Es una casa muy grande que pesa mogollón. Estoy muy contento porque es lo que yo quería, es muy bonita". Su amigo contaba que a él le habían regalado unas cartas de Harry Potter.
Esta solidaria iniciativa forma parte del proyecto integral que Cruz Roja lleva adelante con familias de minorías étnicas, entre las que predominan familias rumanas, a las que sus voluntarios ayudan acogiéndoles en campamentos, facilitándoles su inserción socio-laboral y llevando a cabo una labor de acompañamiento y tutelaje, según explicó la coordinadora, Marina Campos.
Policías y bomberos
Los Reyes Magos de Oriente, con la placa de policía debajo de sus capas, llegaron ayer hasta la residencia El Valle, en el distrito de Chamberí, para llenar de ilusión a los niños que no pueden estar con sus familias biológicas por diversas circunstancias. La tradicional Cabalgata de Reyes se convirtió ayer en un acto especial para los miembros de la Brigada Provincial de Policía Judicial que, entre risas y bromas, se transformaron en Melchor, Gaspar y Baltasar. Contaron con la colaboración de la Unidad de Caballería de la Brigada de Seguridad, que prestó sus caballos a estos reyes que lograron arrancar las sonrisas de los 34 niños residentes en el centro.
Por su parte, los bomberos de la Comunidad visitaron a los niños ingresados en el pabellón infantil del hospital Gregorio Marañón, a los que entregaron diversos obsequios y juguetes. Esta actividad es ya una costumbre del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid desde hace varios años.
La participación de los profesionales del Cuerpo de Bomberos es absolutamente voluntaria y desinteresada, y sólo pueden participar los que en la fecha estén libres de servicio. La iniciativa pretende llevar en la figura del bombero, tan próxima al mundo infantil, unos minutos de alegría e ilusión a los niños que atraviesan momentos difíciles por causa de alguna enfermedad, con motivo de una fiesta tan entrañable especialmente para los niños, como es la de los Reyes Magos.
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