Semántica sanitaria

Leímos el pasado lunes 20 de diciembre en un diario, la entrevista que le había efectuado una redactora a la consejera de Salud de la Junta de Andalucía. Y pudimos comprobar una cualidad muy al uso de algunos políticos, como es el salirse por la tangente ante preguntas muy claramente planteadas. Por ejemplo, no responde a la que se refería al escaso tiempo del que disponen los médicos para atender a sus pacientes en las consultas, ni tampoco lo hacía a otra referida al exceso de trabajo de estos facultativos.

A la existencia de los famosos y vergonzantes contratos-basura, de los que disfrutan muchos especialistas del Servicio Andaluz de Salud (SAS), la consejera no escurre el bulto y llega a declarar que ella no los consideraría así, porque son "contratos en ley". Y yo me atrevería a preguntarle si esa ley la aprobaron también los populares o fue uno de los anteriores gobiernos socialistas, vamos uno de los del emblemático Felipe González.

Curiosamente, doña María Jesús Montero reitera que las retribuciones a los médicos andaluces no están mal como dicen algunos sindicatos. Pero no explica por qué marchan a Portugal médicos que nada más que, haciendo algunas guardias al mes, ganan más que nosotros trabajando el mismo periodo, incluidas las jornadas ordinarias más las de guardias.

Sobre si el número de camas por habitantes es suficiente habría que aconsejarle a la consejera que se ponga de acuerdo con el Gobierno central, por un lado, y con la Organización Mundial de la Salud por otro, porque a ninguno de ambos organismos les salen bien las cuentas. (Tal vez por ello dice que "el medidor de camas por habitantes se ha quedado obsoleto" y por ello hace pedagogía de los por ella inventados "hospitales sin camas").

Quedan dos cuestiones, la de los llamados "equipos-móviles", que Dios quiera que sea verdad que fue una "medida puntual" (para que no quedara en un mero brindis al sol, añade un servidor, el famoso decreto de demora quirúrgica de su antecesor, el señor Vallejo, y cuyo cumplimiento fue posible gracias una vez más al celo y esfuerzo de los profesionales). La otra cuestión es la de los futuros "pediatras itinerantes". Pero esa figura pertenece a la semántica sanitaria, ahora en boga aquí en Andalucía, como lo de los "guerreros de la calidad" que hace poco inventó el gerente del hospital de Valme. Y ello debe pertenecer a esa especie de alquimia verborreica, que también reina en el SAS.