"Al piano lo veo como una extensión de mi cuerpo"
El músico dominicano, que ya ha cumplido los cincuenta, no había grabado hasta ahora un disco únicamente de piano. Solo, que se edita este mes de enero, trae clásicos de jazz, temas brasileños y composiciones propias. Los días 28, 29 y 30, Michel Camilo tocará en L'Auditori de Barcelona con la Sinfónica de la ciudad y, después, grabarán juntos el Concierto en Fa y Rhapsody in blue, de Gershwin, para el prestigioso sello Telarc.
"Los últimos años he ido buscando y puliendo colores y texturas", dice por teléfono desde su casa cerca de Nueva York. "Hay muchos discos de piano por ahí y yo pensaba que me gustaría hacer algo diferente". Para Camilo, que ofreció sus primeros recitales de piano en 1996, "el piano sólo es tan transparente que debe ser siempre una especie de testimonio. En cierta forma es un estilo y un género sagrado. Es uno en comunión con el piano. Algo muy íntimo, porque todo se oye y todo se nota".
"Con el trío de piano, batería y contrabajo son posibles todas las texturas, las finas y las explosivas"
"Hay cosas que hago intuitivamente y luego tengo que explicarlas. Es un proceso de autodescubrimiento"
"Y un poco kamikaze", admite riendo. "Mantener interesado al espectador es uno de los retos más grandes". En el disco toca Round midnight, de Monk, The frim fram sauce, que popularizó Nat King Cole, y Someone to watch over me y Our love is here to stay. "Me atrae de Gershwin la flexibilidad. Se metió en muchos mundos igual que lo he intentado yo. Un hombre del Renacimiento. Y eso es tarea de toda una vida".
Música del carioca Francis Hime en Minha, que ya grabó Bill Evans, y Atrás da porta. Y dos composiciones de Jobim, Luiza y Corcovado. "Atrás da porta fue para mí la más difícil porque quería mantener ese toque aterciopelado y esa emoción controlada. Le debo dar crédito a Fernando Trueba, que me hizo una recopilación de las mejores versiones para yo poder adentrarme en ella". En los más de nueve minutos de su Reflections' está concentrado todo el arte de Camilo: guajira con montuno, blues, bebop... "Representa todos los sacrificios que ha tomado poder llegar hasta hoy día", confiesa.
"Fue impresionante lo fácil que fluyó todo. El 90% son primeras tomas. El primer día grabé la mitad del disco, seis piezas una detrás de otra, y el ingeniero le decía a mi mujer 'oye, no tiene que trabajar tan duro, que se está matando".
Michel Camilo (Santo Domingo, 1954), al que acaban de elegir artista del año en los JazzWeek's Awards, más de 400 programadores de jazz de emisoras de radio de Estados Unidos y Canadá, tampoco había grabado en directo hasta el CD doble Live at the Blue Note con Horacio El Negro Hernández y Charles Flores. "Estoy tratando de cubrir el terreno que no había cubierto", comenta divertido. "Con el trío de piano, batería y contrabajo son posibles todo tipo de texturas, las más finas y las más explosivas".
"Al piano lo veo como una extensión de mi cuerpo. Lo siento como si estuviera dentro de mí", explica Camilo, que da clases magistrales. En la Universidad de Nueva York, el Conservatorio de San Juan de Puerto Rico, el MIT... "Enseño a mis alumnos que hay que lograr poder tocar el piano en la oscuridad total", dice recordando un concierto en Málaga en el que se fue la luz durante los bises y tuvo que seguir tocando. "Me encanta compartir mis experiencias y ahorrarles un montón de tiempo a los estudiantes. Pero yo aprendo igual que ellos. Hay cosas que hago intuitivamente y de repente tengo que explicarlas. Es un proceso de autodescubrimiento". Hay dos becas con su nombre: la Duke Ellington School of Arts otorga en Washington una Michel Camilo Piano Scholarship, y en Boston, la Berklee tiene previsto entregar a partir de este año la Michel Camilo Scholarship.
Michel Camilo estará tres noches -28, 29 y 30 de enero- en L'Auditori con la Sinfónica de Barcelona, dirigida por Ernest Martínez Izquierdo, tocando el Concierto en Fa, de Gershwin. En diciembre repetirá en el Auditorio Nacional de Madrid como invitado de la Orquesta Nacional de España, bajo la dirección de Leonard Slatkin. "Cuando estás arropado por noventa y tantos músicos, se vuelve una experiencia física. Sientes el poderío sonoro de tantos músicos tocando al mismo tiempo. Literalmente es como nadar en un mar de sonidos", afirma. Con 16 años entró a formar parte de la Orquesta Sinfónica de la República Dominicana, y es autor de Rhapsody for Two Pianos and Orchestra, que estrenaron en 1992 las hermanas Labèque, y de Concerto for Piano & Orchestra, grabado con la Sinfónica de la BBC en 2002.
Tras los tres conciertos de Barcelona se grabará en L'Auditori un disco con el Concierto en Fa y Rhapsody in Blue. "No sólo en formato estéreo sino también en super audio CD. La orquesta de Barcelona tocó el año pasado mi concierto de piano y orquesta y tuvimos una muy buena comunicación. Pensé que sería algo muy original que una casa de discos norteamericana se trasladara a Barcelona a grabar un disco de Gershwin con una orquesta que no es norteamericana. Tengo una relación de amor con España de muchos años y es mi agradecimiento a tantos buenos momentos y tantas emociones".
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