La Generalitat invertirá 20 millones para mejorar el tren de La Pobla

La línea férrea que une las poblaciones de Lleida y La Pobla de Segur (Pallars Jussà) inició ayer una nueva andadura llena de expectativas después de que la Generalitat asumiera el pasado 1 de enero su titularidad y gestión. El Gobierno catalán deberá invertir más de 20 millones de euros para modernizar una infraestructura ferroviaria que se encuentra en un estado de conservación deplorable.

Debido a la situación de abandono de las vías, los trenes tardan ahora más de dos horas en recorrer el trayecto, de 88,2 kilómetros.

Aunque la Generalitat se ha esforzado en presentar el traspaso del tren de La Pobla como un éxito político sin coste económico alguno, lo cierto es que ha recibido del Gobierno central un caramelo envenenado. El consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, escenificó ayer con una fotografía de familia la integración de la línea a la red de Ferrocarrils de la Generalitat. "Nuestro reto es convertir este tren en un medio de comunicación eficaz al servicio del territorio", dijo Nadal, flanqueado por los alcaldes de todas las poblaciones por las que pasa el tren.

Nadal destacó que, junto al traspaso de la línea, la Generalitat ha recibido un patrimonio y muchas posibilidades de futuro. Tras pedir la colaboración de los alcaldes para la búsqueda de soluciones imaginativas que permitan reabrir las estaciones ahora cerradas, Nadal reclamó un año de margen para "poner en solfa" las mejoras que serán necesarias para cambiar la imagen de la línea.

El consejero catalán anunció una inversión mínima de 20 millones de euros para recuperar una línea obsoleta, aunque aseguró que las mejoras no serán visibles hasta el año 2007. Hasta entonces Renfe seguirá encargándose de la gestión de la línea. Lo prioritario, añadió Nadal, es garantizar el servicio en las mejores condiciones de seguridad y comodidad para los usuarios. Las primeras actuaciones consistirán en limpiar la vegetación que se ha adueñado de los andenes e instalar paneles informativos en las estaciones.

El Gobierno catalán ya ha encargado a la empresa pública Ferrocarrils de la Generalitat de Catalunya (FGC) un estudio para conocer la situación actual de la línea y las actuaciones que son urgentes para aumentar la seguridad. El presidente de FGC, Joan Torres, explicó que se dividirá la línea en dos tramos. Entre Lleida y Balaguer funcionará como tren de cercanías, mientras que entre la capital de la Noguera y La Pobla tendrá las características de un tren regional. "El objetivo es hacer una línea atractiva, de prestigio y socialmente rentable", dijo Torres. Uno de los objetivos de la Generalitat es reducir la duración del trayecto y aumentar la frecuencia de paso de los trenes. En la actualidad funcionan tres convoyes en cada sentido.

En el tramo de Balaguer predomina la movilidad obligada (60% de los usuarios), aunque la cuota de mercado es baja y FGC confía en que puede ser ampliada sin excesivas dificultades. Tiene una ocupación media de 76 viajeros por tren, que desciende hasta 50 en el tramo que va de Balaguer a Tremp (Pallars Jussà) y hasta 24 desde Tremp hasta La Pobla, aunque unos pocos días al año alcanza puntas de 300 pasajeros.