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Zorrotzaurre: urbanismo de maqueta

No es habitual encontrar una ciudad europea con un espacio urbano del tamaño, entidad y características de la península de Zorrotzaurre en Bilbao, ubicada en el corazón de metrópoli. Zorrotzaurre es un territorio urbano privilegiado, único, irrepetible, situado además en el centro del área metropolitana. Prácticamente, una isla de dos kilómetros que soporta un progresivo deterioro, pero, a la vez, un diamante en bruto que espera paciente su renovación-rehabilitación bajo los nuevos criterios de sostenibilidad urbana y extensiva participación ciudadana de agentes sociales, económicos, políticos y hasta sindicales.

El proyecto recientemente presentado por la arquitecta Zaha Hadid para este amplio trozo urbano (para otros "pieza territorial"), ha estado expuesto con una gran maqueta y fotomontajes futuristas, durante el mes de noviembre, en el Museo de Bellas Artes. De golpe y porrazo, aparece el Master plan acabado hasta en sus últimos detalles. Será una isla que albergará en sus 78 hectáreas, 5.300 viviendas (ocupando el 70% del suelo), tres distritos diferenciados funcionalmente, 10 puentes, una gran avenida central con cuatro carriles para el tráfico, etc.

La planificación urbana no es neutral, ni en su concepción ni en sus efectos. Siempre hay ganadores y perdedores

No entro a valorar aquí el propio proyecto y sus interesantes propuestas formales presentadas con su maqueta, sin ni siquiera un pequeño documento justificativo de sus principios y contenidos. Mi inquietud y sorpresa están en el procedimiento. Zaha Hadid es, ciertamente, una prestigiosa arquitecta con una limitada obra, centrada no en el urbanismo, sino en el diseño; en proyectos concretos (restaurantes, estaciones de bomberos y tranvías, pistas de salto de esquí...) premiados por su imaginación en edificios geométricos. Tiene una excelente expresión gráfica (dibujos, pinturas, collages...) que justifica que se llegue a decir de ella que es más artista que arquitecta. Nada que objetar, pero Zorrotzaurre es un territorio urbano de 78 Has., con 500 vecinos y en el centro de un área metropolitana de un millón de habitantes.

El Master plan presentado refleja la prevalencia del proyecto frente al plan, la maqueta frente al plan. Un virtuoso ejercicio formal y colorista merecedor, posiblemente, del primer premio de un proyecto fin de carrera de arquitectura. Pero, desde luego, no responde en absoluto a lo que debiera ser un plan de ordenación urbana. Y de ello tiene una gran responsabilidad el Consistorio municipal.

Me permito sugerir, esquemáticamente, algunos prerrequisitos que exigiría esa preciosa maqueta antes de haberse hecho pública sin ni siquiera un tríptico explicando los parámetros fundamentales de ese pequeño Manhattan. El procedimiento seguido entiendo que es absolutamente incorrecto. Precipitadamente, se ha hecho público el proyecto final por medio de una maqueta, obviando y, en cualquier caso, condicionando el debate y la contrastación social y política sobre metas, objetivos y criterios, previos a la elaboración del plan.

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El destino de ese espacio emblemático debiera debatirse ampliamente en el seno de la sociedad civil con la participación de las fuerzas sociales, económicas y políticas. Especialmente relevante resultará el propio Zorrotzaurre con sus vecinos, actividades económicas e intereses generales del barrio. Pero también deben participar Deusto, Olabeaga, San Ignacio y Zorrotza en primer término, además de Bilbao en su conjunto.

Ese debate previo, didáctico, participativo, es crucial en el procedimiento. Ocurrió en Les Halles (París), en Covent Garden (Londres) y está de nuevo sucediendo ahora con la rehabilitación de Les Halles, donde cuatro planes urbanísticos se disputan la renovación de un céntrico trozo de ciudad de 10 hectáreas, mucho más pequeño que Zorrotzaurre. Los cuatro planes se exponen a la opinión y escrutinio público para su debate y contrastación, dentro de un procedimiento reglado.

También aquí, especialmente, deben presentarse alternativas y evaluar-contrastar las mismas a la luz de los objetivos y criterios previamente establecidos. Contrariamente, sacar a la luz pública una maqueta totalmente colmatada de la isla, sin esos pasos previos, no es en absoluto el procedimiento idóneo. Frente al urbanismo de maqueta, creo debemos propiciar un urbanismo integral, sostenible, participativo y democrático. Hoy resulta obligado debatir y consensuar, antes de la elaboración del proyecto, los criterios y objetivos de sostenibilidad adoptados. ¿Tres distritos funcionalmente diferenciados o mezcla de usos?; ¿qué lectura hacemos de la movilidad y accesibilidad sostenible?; ¿una isla con coches, sin coches, con muy pocos coches?; ¿cuántas viviendas y qué intensidad de otros usos?; ¿qué tipología urbanística y edificatoria sería deseable?; ¿zonas verdes públicas o conexiones siderales a parquecitos ya existentes en Bilbao?; ¿qué tipos de equipamientos y con qué intensidad de usos del suelo?

Todo esto y más debiera, entiendo yo, ser objeto de un proceso de participación reglado de abajo a arriba, previo a la presentación de la luminosa maqueta acabada. Primero el plan, después el diseño.

Pablo Otaola, gerente de la Comisión Gestora de Zorrozaurre, proponía en 1999, respecto a la recuperación de los suelos de la Ría, que "El nuevo tejido urbano debe ser poco denso, incorporando mezcla de usos y contando con abundancia de zonas verdes". ¿ Porqué ahora es distinto? Creo, en consecuencia, que debe replantearse con cordura y sin prisas el actual procedimiento que, sinceramente, estimo impresentable. Y ello sin entrar a valorar la filosofía criterios, estructura y proyecto concreto presentado por Zaha Hadid.

La planificación urbana no es neutral, ni en su concepción ni en sus efectos. Siempre hay ganadores y perdedores, además de poderosos intereses que reflejan los valores ético-políticos de los que están en el poder. Por eso es bueno y necesario favorecer la democracia participativa y el diálogo ciudadano. Socializar y democratizar las decisiones, suavizando a los poderes fácticos. Es el requisito, en cualquier caso, de la nueva gobernabilidad y exigencia inexcusable de la sostenibilidad urbana.

¿No lo piensan así el Ayuntamiento de Bilbao y la Concejalía de Urbanismo?

José Allende es catedrático de Planificación Urbana y Regional de la UPV-EHU).

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