Testigo de una vergüenza
Hace apenas unos días fui testigo de un espectáculo vergonzoso. Soy usuaria habitual de los autobuses de la EMT, en especial las líneas 9 y 1. El día 23 ó el 24 de este mes -no lo recuerdo bien, debido supongo al lío que estas fiestas suponen- a las 12.20 subí al autobús. El conductor nos dijo, de una forma bastante poco agradable, que hasta las 12.32 no salía, y nos explicó que si nos lo decía era para que luego no nos quejásemos ni le dijesemos esto o lo otro.
Una familia con un niño de unos ocho años entra después y para pagar disponen de un billete de 10 euros. El conductor no tiene cambio. Ellos se sientan y dicen que esperarán a que entren más usuarios y tenga cambio. Al cabo de pocas paradas, el conductor grita desde su asiento, hasta la parte de atrás, que es donde se había sentado la familia: "¡Los que no han pagado, ésos que están sentados sin pagar que vengan para acá, que a ver que qué se han creído. Que aquí, en España, todos los españoles pagamos, que no sabe cómo será en su país, pero que en España todos pagamos!".
No se si es que soy especialmente sensible, pero me indigna profundamente que un conductor de una empresa que ofrece un servicio público pueda decir a gritos, llamando la atención de todo el autobús y sin un ápice de educación, que hay gente que no paga (cuando pretendían pagar, pero el conductor no tenía cambio de 10 euros). Es vergonzoso. No se si la normativa les permite no tener cambio de 10 euros, pero aunque ése sea el caso, aunque sea perfectamente lógico desde su punto de vista, desde el mío, el error es del conductor. Porque no tener cambio de 10 euros es absolutamente inadmisible.
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