Pon nombre a las tuneladoras

Antes de las vacaciones escolares de Navidad, la Comunidad de Madrid envió, no sé si a todos, pero sí a muchos de los colegios de primera enseñanza de su territorio, un folleto que paso a detallar:

Primera página. Sobre un dibujo de trazos infantiles en el que se ven bloques de viviendas, una parada de metro y una máquina en forma de gusano horadando la tierra, los siguientes textos: Plan de ampliación de Metro 2003-2007. Pon nombre a las tuneladoras (este último imitando la letra de un niño).

Páginas centrales. Dibujo similar al anterior al que se añade vagón y medio de metro cruzando el subsuelo. Texto: "Tú, junto a tus compañeros de clase, tienes que encontrar un nombre para las recién llegadas tuneladoras".

"En tu colegio te explicarán cómo participar en este concurso donde podrás conseguir un fantástico premio: un bono familiar para el parque temático de la Warner Bros. Todos los niños de Madrid van a participar, ¡no me falles!".

Cierran el panfleto propagandístico la Consejería de Transportes, la de Educación y las empresas privadas que colaboran.

¡Qué bonito todo! Imagino que ese afortunado niño que proponga el nombre con el cual finalmente los poderes públicos bautizarán a cada tuneladora, cuando sea mayor sentirá, imagino, cosquilleos de orgullo comunitario al recordar que el trayecto Cuatro Vientos-Príncipe Pío, pongo por caso, fue obra de Marijose, la tuneladora cuyo nombre él eligió con su propio lápiz cuando aún no había hecho la primera comunión. No me digan que no es fantástico.

En la misma línea, propongo que a partir de ahora y para ir escalando niveles educativos, en los institutos de enseñanza secundaria se pongan alias a todas las grúas, excavadoras, desbrozadoras, tenazas hidráulicas, compresores, bombas de hormigón, martinetes vibrantes y demás maquinaria más o menos pesada que participe en las obras adjudicadas por la Comunidad de Madrid, a fin de hacerlas más cercanas a la población adolescente, tan necesitada de nuevos referentes.