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Reportaje:

Una operación en entredicho

El Grupo Socialista denuncia irregularidades en la recalificación del Mestalla para construir un nuevo estadio

La operación del nuevo Mestalla proyectada por el Ayuntamiento ha levantado polvareda mucho antes de que el vetusto estadio del Valencia CF quede hecho añicos. Las expectativas en torno a las negociaciones se han cumplido de largo. La trastienda de la vasta operación urbanística, que ha arrancado con el acuerdo sobre los metros cuadrados edificables (90.000) que el Consistorio ha concedido al solar de la manzana del viejo Mestalla, esconde, según sus detractores, la habilidad negociadora del constructor Bautista Soler, máximo accionista del Valencia, y el discutido interés del equipo de gobierno de la popular Rita Barberá en beneficiar a la entidad deportiva valenciana más influyente.

La oposición, encabezada por el Grupo Socialista, puso en entredicho ayer la limpieza de la operación, en la que se cruzan los intereses especulativos y planes de futuro del Valencia, con una deuda de 130 millones de euros, con la desconfianza y necesidades de los vecinos de las zonas de la ciudad afectadas: los barrios de L'Amistat y Campanar, donde está previsto que se levante la nueva instalación, un proyecto todavía sin definir que tiene en ascuas a la oposición.

"Hasta ahora se ha hablado sólo de recalificaciones y edificabilidad", afirmó ayer el portavoz del PSPV en el Ayuntamiento, Rafael Rubio, "pero nadie ha dicho una palabra sobre el diseño del estadio. Y esto hay que dejarlo claro. El Grupo Socialista aboga por uno que incluya una pista de atletismo fija, adecuado para albergar competiciones de diversa naturaleza. Que luego el anillo se cubra con gradas retractiles u otro sistema, ya se verá. Aquí no se trata de cambiar un campo de fútbol por otro igual, para eso ya teníamos Mestalla". Rubio invita al gobierno de la popular Rita Barberá a reflexionar: "La ciudad sólo ganará con un estadio olímpico. Por otra parte, hay que hilar fino en cuestiones vitales. El convenio entre el Ayuntamiento y el Valencia sólo habla de recalificación urbanística. No hay ninguna referencia al modelo, propiedad y gestión del estadio. Y hay que tener muy claro que el suelo de la avenida de las Cortes Valencianas donde se pretende construir el nuevo campo es público, de todos los valencianos". El Grupo Socialista recela de las intenciones del Valencia, cuyo máximo accionista ha asegurado que, concluida la operación, el club no perderá patrimonio. "Nosotros defendemos que se valore el precio del solar y el estadio y la titularidad se divida atendiendo a las aportaciones de cada parte".

Por otra parte, la fórmula empleada por el Ayuntamiento para conceder 90.000 metros edificables a la parcela de 30.520 metros cuadrados que ocupa Mestalla también es criticada por la oposición, que denuncia irregularidades en la maniobra. "Hay que felicitar a Bautista Soler porque se ha salido con la suya", considera Rubio; "el Valencia quería 90.000 metros y el Ayuntamiento se los ha dado. Para ello, han otorgado edificabilidad a las calles adyacentes al estadio, aplicando el coeficiente de edificabilidad de la zona (1,82) sobre 49.000 metros en vez de sobre los 30.520 que ocupa el solar del estadio. Así, el Valencia obtendrá más de 300 millones de euros, 120 más de lo que hubiera sacado si el Ayuntamiento hubiera cumplido con la ley".

El concejal de Grandes Proyectos del Consistorio, Alfonso Grau, acusó ayer al Grupo Socialista de "mentir sistemáticamente" y defendió la gestión municipal: "Tanto en terrenos urbanos como en urbanizables los ámbitos de actuación urbanística que marcan los ayuntamientos incluyen calles, plazas y viales. Es lo legal y correcto". Entretanto, Esquerra Unida-L'Entesa calificó la operación de "pelotazo inmobiliario increíble e ilegal". "Ha existido claramente un trato de favor al Valencia", aseguró la concejal Victoria González.

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