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La princesa Sayako de Japón anuncia su compromiso de boda

La princesa Sayako, la única hija del emperador japonés Akihito y la emperatriz Michiko, y el único de los tres vástagos que seguía soltero, se casará con Yoshiki Kuroda, funcionario de Urbanismo del Gobierno metropolitano de Tokio, tras el verano de 2005, en una fecha y un lugar aún no fijados, anunció el jueves la Casa Imperial.

El emperador dio el mismo jueves su aprobación formal al compromiso y junto con la emperatriz indicó en un comunicado leído a la prensa por el director de la Casa Imperial, Toshio Yuasa, que "nos reconforta que la joven pareja haya decidido unir sus vidas tras casi dos años de noviazgo".

"Estoy muy feliz de anunciar el compromiso", fueron las primeras palabras de la princesa, de 35 años, en la conferencia de prensa que ofreció poco después con su prometido, de 39 años. Los dos aparecieron por primera vez en público, en un acto celebrado en el palacio imperial y televisado a todo el país. La ley establece además que sus hijos quedarán excluidos de la línea de sucesión al trono y que ella reciba, en un solo desembolso, 305 millones de yenes (casi 2,2 millones de euros).

Sayako señaló que Kuroda era "alto y serio, un hombre que no sólo tiene ideas propias y firmes, sino también un talante abierto para aceptar las de otros". Y él explicó que lo que le había atraído de Sayako es que ponía una gran atención en el detalle, que cuando hablaba con ella le "da paz", que es "buena con todo el mundo" y "siempre atenta". "Confiamos en crear una familia llena de paz en la que podamos relajarnos y respetarnos en nuestras formas de pensar", apuntó Kuroda sobre su matrimonio.

Preguntados ambos por los periodistas sobre si son conscientes de las dificultades que les esperan en su vida de casados, a él por casarse con una mujer de sangre azul y a ella por hacerlo con un plebeyo, Kuroda declaró: "Nunca he percibido que haya mucha diferencia entre lo que valora la princesa y lo que yo valoro"; mientras que Sayako aseguraba que desde su niñez se decía a sí misma que "algún día tendría que abandonar este estatus, por lo que no ha sido nada nuevo". "Pese a ello, estoy algo preocupada y confundida porque me embarco en una nueva vida", añadió.

Sayako trabaja a tiempo parcial en el instituto de investigación ornitológica de Yamashina, en la provincia de Chiba, cercana a Tokio. Una labor por la que percibe un sueldo y aunque no desveló si la seguirá desempeñando tras su boda, se cree que tanto ella como Kuroda continuarán con sus empleos.

La princesa, a la que le gustan los bailes japoneses clásicos, participa activamente en asuntos relativos a la mejora de las condiciones de la salud, como el entrenamiento de perros guía para ciegos, y comparte su afición por la fauna salvaje con su prometido, que vive con su madre viuda en Tokio y cuyo padre trabajaba para la empresa japonesa de automoción Toyota.-

La princesa Sayako, durante la rueda de prensa tras el anuncio oficial de su compromiso.
La princesa Sayako, durante la rueda de prensa tras el anuncio oficial de su compromiso.EFE

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