_
_
_
_
Reportaje:

Maltratadas también en videojuego

Amnistía Internacional denuncia la violencia machista en estos productos

Un hombre contrata los servicios de una prostituta para después golpearla hasta la muerte y recuperar su dinero. Éste es el contenido de uno de los videojuegos más vendidos estas navidades. La ONG Amnistía Internacional (AI) denunció ayer la proliferación de juegos de ordenador de contenido sexista y que vulneran los derechos humanos. Los representantes de la industria afirman que en sus productos no hay más violencia que en el cine o en la televisión.

Con la violencia contra las mujeres no se juega es el título del cuarto informe de AI sobre videojuegos. En esta ocasión se han analizado 50 de estos productos, 15 direcciones de Internet, toda la legislación española sobre la materia y el funcionamiento de los salones de juegos recreativos.

La trama de uno de los éxitos de ventas consiste en robar coches para atraer a prostitutas y matarlas
Más información
Un hombre apuñala a su ex pareja en una frutería de Zaragoza en presencia de su hijo de siete años
Un estudio alerta de los contenidos sexistas en 250 videojuegos

En las tiendas cualquiera puede adquirir videojuegos en los que el protagonista agrede a mujeres, generalmente relegadas a papeles pasivos y marginales. En Internet se pueden encontrar de forma gratuita, según AI, juegos en los que el objetivo es torturar y violar a una mujer atada, o contagiar enfermedades de transmisión sexual. La trama de uno de los éxitos de ventas de estas navidades, Grand Theft Auto: San Andreas, consiste en robar coches cada vez más lujosos para atraer a prostitutas y matarlas, según explicó Óscar Gutiérrez, autor del informe.

"La mayoría de los videojuegos estudiados fomentan la discriminación de la mujer y más de la mitad fomenta el abuso de los derechos humanos", declaró Esteban Beltrán, director de AI en España.

La industria de los videojuegos facturó el año pasado en España unos 800 millones de euros, según datos de la Asociación Española de Distribuidores y Editores de Software de Entretenimiento (ADESE). Esta cifra es superior a lo que facturó ese año la industria del cine, la de la música o la de los DVD y vídeos en VHS.

"La industria tiene el compromiso de no crear productos que conculquen los derechos humanos, pero lo que no se puede es censurar al creador. En los videojuegos no hay más violencia que en el cine o en la televisión", aseguró Carlos Iglesias, secretario general de la ADESE.

En España, los productores adoptaron en 2003 un código de autorregulación denominado Información Pan Europea del Juego (PEGI, en sus siglas en inglés). Dicho código, que funciona en la mayoría de los países europeos y al que los fabricantes se pueden acoger libremente, establece la edad recomendada a partir de la que se puede usar cada juego.

"El 99% de los productos que se venden en España ha recibido la calificación oportuna. A partir de ahí la responsabilidad es de los padres, que no pueden ser ajenos a la forma en la que se divierten sus hijos. Tampoco se nos puede culpar de los juegos que se distribuyen por Internet", indicó Iglesias. La ADESE afirma haber repartido para el periodo navideño 300.000 folletos para familiarizar a los padres con el código PEGI.

Pero la autorregulación, según Amnistía, es "claramente insuficiente". Esta organización reclama una legislación estatal y recuerda que algunas comunidades ya han elaborado normas al respecto pero sin hacer nada por cumplirlas. "Los videojuegos para adultos están en las tiendas junto a los destinados para niños. Nadie controla qué se vende y a quién se vende", indicó Beltrán.

Asimismo, AI insta a las revistas especializadas "a revisar el lenguaje utilizado en sus páginas y a eliminar las expresiones que promocionen estereotipos discriminatorios".

Proyección de un videojuego en el que el protagonista golpea a una prostituta.
Proyección de un videojuego en el que el protagonista golpea a una prostituta.EFE

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_