Barcelona-Dakar
Coincidiendo con el fin de año se da salida al rally Barcelona-Dakar, con el apoyo entusiasta tanto del Ayuntamiento como del Gobierno de la Generalitat.
Resulta paradójico que el consistorio barcelonés, que hace ocho meses tuvo la osadía de declarar la ciudad contraria a las corridas de toros en aras de no se sabe bien qué concepto de la modernidad que dejaba como apestados y anatematizada a una parte, minoritaria o no, de sus vecinos, ahora se implique con tanto entusiasmo en lo que no es más que una demostración ostentosa del dominio de los países del primer mundo sobre los depauperados del continente africano, pues no otra cosa se puede considerar el allanamiento del paisaje, el ecosistema y la vida cotidiana en el continente africano que supone el desfile de camiones, coches y motocicletas, incluso con resultado de muerte tanto de competidores como de pacíficos ciudadanos que por allí pasaban. Por su parte, la Generalitat, a la espera de una definitiva prohibición de las corridas de toros en Cataluña por la que apuestan algunos socios del tripartito, también se suma al coro de palmeros del rally.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.