Medio Ambiente autoriza la plataforma del zoo marino, que ganará 5 hectáreas al mar
Acuerdo entre el ministerio y el Ayuntamiento de Barcelona para estabilizar las playas
Fumata blanca para el zoo marino de Barcelona. La plataforma que se ganará al mar será finalmente de cinco hectáreas y en ella convivirán 90 especies marinas y deltaicas en cuatro franjas diferenciadas. Técnicos y responsables del Ministerio de Medio Ambiente y del Ayuntamiento han cerrado prácticamente un acuerdo para estabilizar las playas del litoral de la ciudad y en él se incluye el visto bueno para la plataforma del zoo marino. La intervención, en la que Medio Ambiente invertirá 40 millones de euros, supondrá completar la urbanización del litoral de Barcelona, cuyos 4,2 kilómetros de playas se incrementarán ligeramente con dos nuevas: una junto al nuevo zoo y la otra al lado de la nueva bocana del puerto.
Los técnicos del Ministerio de Medio Ambiente y el Ayuntamiento de Barcelona han llegado a un acuerdo que será oficializado en breve; el próximo mes de enero, según fuentes cercanas al consistorio barcelonés. La base de la negociación ha sido un plan para salvar las playas de la ciudad, que cada año pierden arena como consecuencia de los temporales y por la falta de espigones que lo evite. La urbanización del litoral que se inició para los Juegos Olímpicos de 1992 limitó los espigones sumergidos frente a la playa de la Vila Olímpica. Por ese motivo, la ciudad llevaba años planteando al Ministerio de Medio Ambiente un proyecto de estabilización del resto de su costa, reivindicación que no fue atendida por la Administración del Partido Popular.
El acuerdo supone la construcción de 12 espigones en el litoral barcelonés, la mayoría sumergidos, cuya finalidad será evitar la pérdida de arena. También se aportará un millón de metros cúbicos de arena para consolidar las playas existentes y crear otras dos. La primera enlazará el final de la playa de la Mar Bella y la plataforma del zoo marino, y la segunda, más pequeña y hacia el sur, unirá la Barceloneta y la nueva bocana del puerto.
La otra parte del acuerdo se refiere a la plataforma del zoo marino, la cual ha ido menguando paulatinamente y ha pasado de las 23 hectáreas que se previeron cuando se planificó toda la zona del Fórum hasta las 7,7 finales (las cinco que ahora se ganarán al mar más otras 2,7 ya autorizadas hace años). En ese punto se almacenaron miles y miles de metros cúbicos de tierra que se extrajo para la urbanización de Diagonal Mar, y la montaña que se formó estuvo aguardando en vano junto al Fórum la autorización del Ministerio de Medio Ambiente para echarla al mar e iniciar la plataforma del zoo.
El permiso no llegó -el proyecto del zoo se tuvo que posponer- y dos meses antes de la inauguración del Fórum hubo que trasladar los miles de metros cúbicos de tierra almacenados.
La operación, además de resultar absurda puesto que la tierra se tenía que reponer, costó 1,2 millones de euros. En el lugar donde estaba se habilitó el helipuerto provisional para el Fórum.Las cinco hectáreas que ocupará el zoo marino se alinearán entre la Rambla de Prim y la calle de Josep Pla. El proyecto presentado por el Ayuntamiento de Barcelona se ha modificado en algunos aspectos. Uno de ellos es la propia configuración de la plataforma del zoo para que el extremo situado hacia levante, junto a la playa que se creará, quede protegido por un espigón sumergido.
El zoo tendrá 90 especies marinas y propias de ecosistemas deltaicos. Habrá 20 tipos de mamíferos, 40 de aves, 23 de réptiles y 7 de anfibios. Se definirán cuatro ámbitos en franjas perpendiculares a la línea de costa y paralelas al espigón de Prim. La primera de ellas, la situada más al sur, será la de aguas oceánicas y en ella se ubicarán delfines, focas y pingüinos, entre otras especies. También en esa parte se localizarán las actividades educativas del nuevo zoo. La segunda, en dirección al Besòs, será el delta americano, con jaguares, cocodrilos, iguanas y varias especies de serpientes. La tercera será la del delta africano y en ella convivirán, por ejemplo, leopardos e hipopótamos. Por último, en el delta mediterráneo -junto al espigón de Prim- se construirá una de las instalaciones estrella del futuro zoo: un aviario de 2.000 metros cuadrados. En esa franja estarán los flamencos, las cigüeñas y las garzas, entre otras especies. Cada una de esas franjas tendrá un sistema de lagunas y marismas.
La intervención del litoral se completará con la cobertura del colector de Prim mediante un sistema de terrazas y con la continuación del parque de la Mar Bella hasta la plataforma del zoo. Se trata de la extensión que en los últimos años ha venido ocupando la Feria de Abril y se quiere urbanizar a modo de paseo de acceso al zoo y a los parques del Fórum. El Ministerio de Medio Ambiente aportará los fondos para los nuevos espigones y la construcción del futuro zoo correrá a cargo de la empresa Barcelona de Serveis Municipals (BSM).
Otra de las consecuencias que comporta la autorización del zoo marino es la reforma del parque de la Ciutadella. La salida de un importante número de las especies que ocupan 12 hectáreas servirá para liberar buena parte de la superficie del parque. La cuestión es si todo o parte. Es en ese punto donde los criterios del alcalde de Barcelona, Joan Clos, y el teniente de alcalde Jordi Portabella (ERC) no suelen ser coincidentes. Portabella, que se ha tomado la presidencia del zoo como una de sus señas de identidad dentro del equipo de gobierno municipal, no quiere ni oír hablar de que los animales desaparezcan de la Ciutadella. Clos, por el contrario, quiere liberar el espacio para poder culminar el parque, algo que ha sido imposible desde que Josep Fontseré diseñó el jardín romántico a finales del siglo XIX. El ferrocarril y después el zoo han sido los obstáculos para lograr que el parque lo sea en su integridad y que conecte con el de la Barceloneta. Ahora esa posibilidad parece más cercana. La desaparición de las vías cuando el AVE llegue a Barcelona y la eliminación de buena parte del zoo caminan en esa dirección. El proyecto ya existe en forma de plan director, realizado hace tres años por el estudio de arquitectura Batlle i Roig.
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