Latidos de Perico Pastor
Se está bien en la cafetería de la librería Laie (Pau Claris, 85, Barcelona) esta mañana, leyendo EL PAÍS rodeado de los dibujos que Perico Pastor ha realizado para la sección Ida y Vuelta de EL PAÍS (los domingos, en esta edición), y que expone a favor de una causa buena hasta el 8 de enero (precios entre 300 y 400 euros, según tamaño). Reconforta ver el trabajo independiente y libre aunque poco dado a las grandes proclamas públicas de Perico. Para empezar, el artista nunca ha rehuido el trabajo supuestamente humilde de ilustrar con su pincel textos de otros. Desde los tiempos en que vivía en Nueva York, allá por la década prodigiosa de los ochenta, sus colaboraciones en la prensa diaria han constituido un camino paralelo de expresión de su pensamiento artístico. Perico es un fan del papel: del impreso tanto como del papel en blanco. Lector apasionado de libros y diarios, las urgencias de las rotativas hace tiempo que estimulan su intelecto.
Perico Pastor expone en la cafetería de la librería Laie dibujos originales que realiza para la sección 'Ida y Vuelta' de este periódico
Lejos de creerse en posesión de la verdad, por cada tema inspirado en los artículos de la sección Ida y Vuelta de Enrique Vila-Matas y Sergi Pàmies, Perico crea siete u ocho originales, de los que envía los tres o cuatro que le parecen mejores a la redacción. A Lluís Bosch, jefe de la sección de compaginación, suele indicarle cuál de ellos es su preferido, pero somete el veredicto a quien considera que posee un conocimiento de la página superior al suyo propio. Lógicamente, el criterio de los dos profesionales coincide la mayoría de veces. Pero también se ha dado algún caso en que no, y Perico lo ha aceptado siempre de buen grado. Ahí está la enorme diferencia entre quien arrima el hombro para que llegue al lector el mejor producto y quien en cambio se sirve del producto para hacer creer al lector que él es el mejor.
Este de hacer diarios es un oficio para buena gente que trata de plantearse con honestidad la pregunta más adecuada en cada momento y de responderla con el máximo de información y a la vez de pasión por lo que está contando. Con frecuencia esta práctica molesta a terceros, pero esa desde luego no es su misión principal.
Perico pertenece al club de las buenas personas del periodismo con pasión por contar cosas y sin miedo a hacerlo abiertamente. Ahí están por ejemplo sus múltiples versiones para ilustrar el tema de la vecindad: una pareja bailando con un cuchillo clavado en la espalda de ella, la misma pareja bailando con el cuchillo clavado en la espalda de él y finalmente los dos bailarines con sendos cuchillos recíprocamente ensartados por detrás. O los bocadillos del Fórum: una serie de bocatas sostenidos por manos con el dedo medio extendido, a modo de protesta irreverente y explícita contra una medida que atentaba gravemente contra toda sensatez ciudadana. O bien la secuencia de sexos masculinos convertidos en pistolas enhiestas y letales para iluminar un tema espinoso como el rebrotar del sida entre los jóvenes. A veces Perico extrema el lirismo, cuando con motivo del 18 de julio dibuja una silueta solitaria depositando una flor frente a una lápida. Otras veces aparece la ironía más corrosiva: en fechas próximas al 11 de septiembre publicó un burro catalán como el que aparece adherido a los coches identitarios, aunque el suyo llevaba unas españolísimas banderillas clavadas en todo lo alto del lomo.
Pero hablábamos al principio de esta crónica de una buena causa relacionada con esta exposición. Parte de la recaudación por la venta de estos originales estará destinada en efecto a la Asociación de Ayuda a los Afectados de Cardiopatías Infantiles de Cataluña (AACIC), una entidad con apenas 10 años de existencia creada por padres de niños que sufrían algún tipo de cardiopatía de las cerca de 180 variedades existentes. Estos padres se encontraron unidos por el sufrimiento en la sala de espera de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Clínico de Barcelona y decidieron juntar esfuerzos para combatir unas malformaciones congénitas que, por causas todavía oscuras, afectan a uno de cada 150 nacimientos. En Cataluña hay cerca de 15.000 personas que padecen la enfermedad. Prácticamente todas necesitan de intervención quirúrgica, una o diversas según la gravedad de los casos. Hoy los asociados son unos 500 y su objetivo principal es recabar y divulgar el máximo de información contra este mal sin rostro. En cierto modo, ellos también pertenecen al club periodístico de Perico Pastor... La exposición lleva por título De tot cor. En efecto, todavía quedan iniciativas movidas por la solidaridad. Por los latidos más generosos de la condición humana, lejos de cualquier vanidad. Los pinceles de Perico están acostumbrados a moverse bajo esos impulsos.
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