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La asamblea de La Naval asume sin votación el plan de viabilidad y segregación de los astilleros públicos

La planta de Izar en Sestao (Vizcaya), La Naval, era junto a la Comisión Europea uno de los principales obstáculos para la aplicación del acuerdo alcanzado entre la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) y los sindicatos mayoritarios para reestructurar el grupo de astilleros públicos. Ayer, la asamblea de la planta dejó claro que las únicas incertidumbres pueden llegar de Bruselas. Los trabajadores asumieron la propuesta en asamblea sin votación.

Los dos sindicatos mayoritarios en el comité de empresa de La Naval, UGT, con siete delegados, y CC OO, con seis, impusieron su tesis ante los trabajadores y las centrales minoritarias, Colectivo de Trabajadores Autónomos (CAT), con seis, y la central nacionalista ELA, con cuatro. Todos los sindicatos habían preparado y medido sus fuerzas en asambleas previas de sus respectivas secciones sindicales.

El resultado fue que cada uno expresó sus opiniones en la asamblea, pero que los minoritarios prefirieron no votar y asumir plenamente el acuerdo. Se llegó así a un acuerdo transaccional. La asamblea asumía el pacto alcanzado la pasada semana en Madrid por UGT y CC OO y abrían la puerta para que ELA y CAT se incorporaran a la mesa de negociación sobre el futuro del astillero tras la división del grupo en el ala militar y la civil privatizable a futuro, donde se encuadra La Naval.

Los sindicatos minoritarios propusieron también realizar ayer mismo una manifestación unitaria en petición de carga de trabajo. Las dos centrales mayoritarias no apoyaron ayer la propuesta, pero garantizaron que de cara al futuro hay que mantener ese frente abierto. En cualquier caso, ELA y CAT convocaron una manifestación de unos 150 trabajadores, que salieron del astillero por un puerta y tras hacer un pequeño recorrido por las cercanías del astillero entraron por otra.

La posición de la asamblea deja también descolocado al Gobierno vasco, que el pasado viernes aseguró que La Naval era un astillero "sacrificado". Precisamente ayer el secretario general de CC OO de Euskadi, arropado por el responsable federal del metal, Felipe López Alonso, criticó la postura del Ejecutivo vasco, formado por PNV, EA e IU, de negarse a adquirir un compromiso y criticar cualquier medida. Onaindi señaló que su interés es sólo el de los trabajadores.

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