"La segunda Copa Davis me decidió a marcharme"
Ni siquiera en los peores momentos perdió la compostura. Y ayer Agustí Pujol se mantuvo sereno a pesar de anunciar de forma oficial que no irá a la reelección como presidente de la Federación Española de Tenis. Dice adiós a 19 años en la presidencia y en una situación comprometida, puesto que, prácticamente, tenía perdidas las elecciones del 29 de enero. La composición de la asamblea -135 asambleistas de la Plataforma opositora por sólo 45 suyos- fue un revés definitivo. Pero él asegura que ése no es el factor más determinante de su decisión.
Pregunta. ¿Cuál es el motivo?
Respuesta. Lo que más ha influido es haber ganado la segunda Copa Davis. Creo que el tenis español ha tocado el cielo. He vivido momentos históricos y muy felices. Y todo esto ha precipitado mi decisión, que ha sido personal y muy meditada.
"Si el proceso hubiera sido menos conflictivo habría seguido, pero no quería entrar en la batalla"
"Sólo ha habido un jugador que me ha llamado para interesarse por mi decisión, Àlex Corretja"
P. ¿Y la composición de la asamblea no ha influido?
R. Mentiría si dijera que no. Está claro que, si el proceso electoral se hubiera planteado menos conflictivo y polémico, si todo hubiese sido más plácido, es muy probable que habría seguido hasta el final, intentando buscar un candidato de consenso para el futuro. Pero, tal como están las cosas, con ataques personales por la designación de la sede de la final y con la situación creada por la investigación que se lleva a cabo en la federación de Madrid, el cuerpo me pedía no bajar a la arena electoral, no entrar en esta batalla. Me sentía fatigado. Lo mejor era irme a casa con mi familia.
P. Habla ahora de consenso, pero tal vez es un poco tarde.
R. Yo creo que es una vía que habría que agotar. Si es posible encontrar un hombre capaz de unificar al tenis español, eso sería muy bueno. Y lo hay. Pero no voy a decirlo porque, si lo hago, estará muerto antes de empezar. Tal vez sin mí en el panorama electoral, esta idea puede adquirir más fuerza. Por otra parte, no creo que sea tarde. Es verdad que perdimos una batalla en la composición de la asamblea, pero cada día veo movimientos [las controvertidas posturas del presidente de la federación andaluza, José Luis Escañuela, que no se sabe bien si está con la Plataforma o contra ella] que van cambiando el panorama.
P. ¿Y qué ocurrirá con el G-3 y la capitanía del equipo de la Copa Federación?
R. La proximidad entre el final del proceso electoral y las primeras eliminatorias nos aconsejaban prorrogar los contratos del G-3 y de Miquel Margets, capitán en la Copa Federación, hasta el final de esta ronda. Pero el G-3 me respondió que no. Quería dejar las manos libres al nuevo presidente.
P. ¿Le ha llamado algún jugador estos días?
R. Sí. Sólo uno se ha interesado por mi decisión y ha querido saber los motivos. ¿Quién es? Bueno... Àlex Corretja.
P. Haga un rápido balance de sus 19 años en la presidencia de la española.
R. Han sido unos años de mucho crecimiento del tenis español. Lo cogí en una etapa de traspaso, pero desde la explosión de Arantxa Sánchez en Roland Garros, en 1989, ha habido muchos campeones del Grand Slam y se han logrado cinco Copas Federación y dos Copas Davis, lo que acredita el cambio. Sin embargo, de lo que más satisfecho me siento es de haber estructurado el tenis español: ahora cada estamento sabe cuál es su papel.
P. ¿Cómo se va?
R. Con una gran paz interior y con la sensación del deber cumplido. Me voy tranquilo en relación al pasado y el presente. Y no tanto en cuanto al futuro del tenis español.
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