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Saqueo de urbanizaciones y vigilancia privada

Dénia

En Dénia, la capital de La Marina Alta, se han desarticulado desde el pasado verano ocho grupos formados por ciudadanos del Este que operaban en las urbanizaciones playeras. A principios de septiembre funcionarios de la Policía adscritos a la comisaría dianense concluían una operación en la que se detuvo a un grupo de los llamados murcigleros, acusados de perpetrar más de un centenar de robos en la zona de Les Marines. En un apartamento se intervinieron miles de objetos procedentes de los hurtos. Pocos días después, en Xàbia, fallecía un residente alemán como consecuencia de las torturas a las que fue sometido por los asaltantes de su vivienda, de nacionalidad rumana, al tratar de sonsacarle dónde escondía un hipotético dinero. Los hechos ocurrieron en la partida de Costa Nova, una zona residencial favorita de los amigos de lo ajeno. Desde esa fecha se intensificó la vigilancia siempre escasa y exigida una y otra vez por los ciudadanos sin respuesta positiva. Como muestra de la política de oídos sordos de la Administración central, basta decir que las dependencias policiales en Dénia albergan el mismo número de agentes que hace veinte años.

Con una población que supera los 40.000 habitantes, apenas dos patrullas entre Policía Nacional y Local se relevan en misiones de vigilancia en un diseminado residencial de casi 100.000 personas distribuidos en más de 20 kilómetros de costa.

Un verdadero "chollo"para estos maleantes que han hecho de cada mes del año su permanente agosto. Existe además una prueba palpable de la situación cual es que algunos conocidos empresarios de la localidad han contratado vigilantes privados para sus residencias en horario nocturno.

La detención de otro súbdito rumano en busca y captura por un robo cometido en la zona de El Montgó permitió a las fuerzas de seguridad completar su acción el pasado mes de noviembre.

Once personas más, todas ellas procedentes también de Rumanía, eran detenidas. Se dedicaban a la falsificación de billetes y tarjetas de crédito.

Se da además la circunstancia de que esta es una de las zonas, debido a la abundancia de clubes de alterne, preferencial para las redes que controlan la prostitución extranjera.

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