Una nueva línea de Renfe unirá el Vallès con el Baix Llobregat
El servicio de cercanías enlazará la estación de la UAB con Martorell
El Ministerio de Fomento sacará en breve a concurso el estudio informativo sobre la reforma del sistema de los trenes de cercanías de Barcelona. Una revisión que el Gobierno catalán y el Ayuntamiento barcelonés consideran clave para el futuro del transporte público metropolitano. Renfe, con más de 100 millones de pasajeros anuales en sus cuatro líneas, es el principal elemento de enlace entre el núcleo central y la periferia metropolitana. La elaboración del informe coincidirá con la puesta en marcha de la línea 5, que arrancará en primavera y unirá la estación de la UAB con Martorell; es decir, el Vallès con el Baix Llobregat.
El Gobierno catalán tiene entre sus objetivos declarados el traspaso de la gestión de los trenes de Cercanías. Lo que no está definido es el modo y el cuándo de ese traspaso. Desde el 1 de enero, con la entrada en vigor de la nueva ley ferroviaria, Renfe queda dividida en dos empresas diferentes: la propietaria de las vías, túneles, estaciones y señales y la que mueve trenes por esas infraestructuras pagando un canon por ello. Esto hace posible que, además de Renfe, cualquier otro operador ferroviario reclame el paso por esas vías y lo obtenga a cambio de abonar el canon correspondiente.
Una empresa que podría optar a prestar ese servicio es Ferrocarrils de la Generalitat. Pero la entrada como compañía diferenciada de Renfe no es algo que satisfaga al Ejecutivo catalán. Buena parte de las líneas comparten vías con otras e incluso con otros servicios, como los regionales y de largo recorrido, y esto se mantendrá al menos hasta que funcione la línea de alta velocidad. Por tanto, el Gobierno catalán vería con muy buenos ojos la gestión conjunta de los trenes de Cercanías; eso sí, transfiriendo la capacidad de decisión y las inversiones a Cataluña. Para ello es imprescindible el estudio del sistema que sacará a concurso Fomento y la cuantificación de las inversiones que se deben realizar.
El Gobierno catalán ha definido en varias ocasiones, y en ello coincide con el alcalde de Barcelona, Joan Clos, las líneas de Cercanías como el "metro de la región metropolitana". Una línea que considera clave al respecto es la que será denominada C-5 (Cercanías 5). Esta línea discurrirá entre el Baix Llobregat (Martorell) y el Vallès (Cerdanyola), en ambos sentidos, y evitará que los ciudadanos que van de uno a otro lado tengan que dar una vuelta completa (véase el gráfico adjunto). Además, incorporará dos nuevas estaciones: Sant Cugat y Rubí. La nueva línea circulará por las vías ya existentes y hoy utilizadas exclusivamente por trenes de mercancías, salvo en el tramo Cerdanyola-Universidad Autónoma, que ya es utilizado por trenes de pasajeros. A partir de la primavera (la fecha exacta aún está por decidir) los trenes de la línea 4 que ahora mueren en la Universidad prolongarán su recorrido hasta Martorell y volverán empleando el mismo camino. La frecuencia de estos trenes será de uno cada media hora.
Actualmente circulan sólo en días laborables, pero a partir de la entrada en funcionamiento de esta línea lo harán también los días festivos, aunque la frecuencia para estas jornadas aún se halla en fase de estudio.
Buena parte de estos trenes tendrán el origen en L'Hospitalet, pero algunos proceden de Sant Vicenç de Calders, por lo que en realidad efectúan un recorrido circular, ya que tendrán doble parada en Martorell: como estación de paso entre el origen y Barcelona y como final y origen de la nueva línea. Será para el área metropolitana, lo que el tranvía número 29 era para la Barcelona antigua, una línea de casi circunvalación, que puede ser tomada en ambos sentidos de la marcha y evita los rodeos.
El pasado año, los servicios de Cercanías transportaron más de 110 millones de pasajeros. En el primer semestre de 2004, la suma de las cuatro líneas es de 57,7 millones de pasajeros. Las líneas 1, 2 y 4 son las más utilizadas. La primera, más conocida como del Maresme, que tiene el final en L'Hospitalet aunque algunos trenes llegan hasta el aeropuerto, ha transportado este año entre enero y junio 16,3 millones de pasajeros. La C-2, que discurre por el Vallès y las comarcas costeras al sur de Barcelona, ha movido 18,7 millones de pasajeros en el primer semestre de 2004. Una cifra casi idéntica a la de la C-4 (18,8 millones) que va de Manresa a Sant Vicenç, cruzando por el Vallès, Baix Llobregat, Anoia y Penedès. La C-3, con apenas 3,9 millones de pasajeros necesita una revisión. Una de las dificultades es que discurre por un terreno en buena parte montañoso, entre el Vallès y Vic. Renfe tiene previsto desdoblar íntegramente la vía hasta la estación de La Garriga, con lo que lograría incrementar las frecuencias.
El Gobierno catalán desearía que el traspaso de Cercanías se hiciera cuando estos problemas estuvieran en vías de solución y las inversiones del Gobierno central, comprometidas. Parte de estos problemas derivan del éxito del servicio, tras las reformas hechas en los años noventa, y de las transformaciones demográficas, con la eclosión de personas que han fijado sus residencias en la segunda corona metropolitana y que han optado por el transporte público ante la evidencia de que uno de los problemas más serios de la movilidad de Barcelona son sus accesos, colapsados casi diariamente en las horas punta.
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