Canal + retrata la lucha contra la malaria en 'La vacuna de los pobres'
Las cámaras de la cadena de pago acompañan al epidemiólogo Pedro Alonso
Después de ensayar durante seis meses la vacuna RTS,S/ASO2A en 2.000 niños mozambiqueños, el médico español Pedro Alonso anunció el pasado 15 de octubre en la revista The Lancet la eficacia de este combinado químico frente a la malaria severa por el parásito Plasmodium falciparum, que transporta el mosquito anófeles. Las cámaras de Canal + siguieron en exclusiva el trabajo del equipo de Alonso, que esta noche (22.00) resume el documental La vacuna de los pobres.
La vacuna de los pobres examina el proceso de verificación que ha tenido que pasar la que en los próximos años podría convertirse en la nueva vacuna contra la malaria, enfermedad que provoca la muerte de millones de personas al año -sobre todo niños africanos-, y muestra todos los aspectos que condicionan su comercialización. El éxito pasa por descubrir un antídoto contra el parásito plasmodium falciparum, que transporta el mosquito anófeles y que es responsable de entre 300 y 500 millones de casos anuales de malaria. Un mal que "no es una enfermedad más, es la madre de las enfermedades en África y una de las principales causas del subdesarrollo", precisó el epidemiólogo Pedro Alonso en la presentación del documental.
Las cámaras de Canal + han acompañado a Alonso -director del Centro de Salud Internacional del Hospital Clínico de Barcelona y del Centro de Salud Internacional de Manhiça (Mozambique)- durante las vacunaciones de niños en las localidades mozambiqueñas de Manhiça e Illa Josina y han sido testigos únicos de los resultados de este estudio.
Después de viajar a este país africano para rodar el documental La epidemia silenciosa -sobre los efectos devastadores del sida-, David Moncasi, en esta ocasión acompañado del reportero David Fernández, ha logrado un acceso exclusivo a estos trabajos y al momento en el que Pedro Alonso preparó el texto para anunciar a la comunidad científica los resultados positivos de sus investigaciones.
Pero la historia de esta vacuna es también un claro ejemplo de los obstáculos burocráticos y el difícil equilibrio de intereses de todo tipo en que se desenvuelve actualmente la investigación médica. Vale el ejemplo del tira y afloja que mantienen los laboratorios Glaxo Smith & Kline -que aportaron la vacuna original- y una fundación auspiciada por Bill Gates -que puso sobre la mesa 168 millones de euros- y que bloquea el desarrollo futuro del antídoto.
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