Los jóvenes, a los pies de 'la mamma'
Escucha algo estoica, pero con esa sonrisa de dignidad encantada, los piropos. En este caso, a Montserrat Caballé se los lanzan jovenzuelos con voz prometedora a los que la soprano ha arropado con su ancho y generoso manto hasta el punto de negarse a mantener encuentros con los periodistas sola. Ya lo ha dicho: "Soy la madre musical de un equipo joven". Y, como tal, ejerce. Sólo ha querido aparecer en público junto a sus compañeros de reparto que, al fin y al cabo, son los que necesitan la publicidad que a ella le sobra.
Ayer, en el Teatro Real se sentaron a su alrededor su hija, Montserrat Martí, y los cantantes Marita Solberg -"todos tienen grandes cualidades, pero también estamos de acuerdo en que esta chica realmente canta como un ángel", dijo Caballé-, el más curtido Franck Ferreri y los más jóvenes Nikolái Baskov, David Menéndez, Javier Galán y Enric Martínez-Castignani.
Todos se mostraban rendidos ante la diva. Su hija, que hace de Octavia, la primera: "Adoro su sensualidad a la hora de cantar", aseguraba ante las risotadas de su madre. "Y eso que se lleva a mi marido en la ópera", añadió Martí. Ferreri continuó con recuerdos personales. "Cuando tenía 13 años, en la ópera de Niza, yo era figurante, se le cayó un sombrero al suelo y lo cogí", rememora como un momento fetiche el barítono que interpreta a Marco Antonio. "Yo estoy enamorado de la reina de la ópera", salta Baskov, que hace el papel de Spakos. "Literalmente muero de amor por ella", continúa con un alarde de desesperación típicamente rusa. A Javier Galán, Caballé le trae precisamente recuerdos navideños: "Yo la escuchaba todas las nocheviejas", afirmó. Mientras que Enric Martínez-Castignani le dio la vuelta a su suerte y miró el lado positivo de lo que le ha tocado: "En mi caso, yo hago un papel pequeñísimo pero en esta ópera lo agradezco porque así puedo estar fijándome todo el tiempo qué hace Caballé y disfrutar con ello", cuenta.
Esta Cleopatra de Massenet es la tercera que hace Caballé. Antes se ha metido en la piel de esta mujer mítica con la música de Bizet y Händel. La de Massenet es la menos conocida de todas y por eso quiere ayudar a colocarla en un lugar destacado. "Tengo ilusión por hacer este papel y que esta ópera consiga la popularidad que merece", asegura la cantante.
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