Los chicos de Hendriks ya son campeones

Apuesta ganada. La selección española de hockey sobre hierba ganó ayer, por fin, a Holanda, el conjunto más temido, el subcampeón olímpico, su bestia, y se adjudicó por primera vez en su historia el Trofeo de Campeones, el campeonato que reúne a las seis mejores selecciones del mundo, el más prestigioso, aparte de los Juegos y los Mundiales.

"Hay mucho trabajo detrás de este título. Pero ha sido uno de los partidos que he vivido con más tranquilidad", comentó Maurits Hendriks, el entrenador holandés de la selección española, que ha transmitido su mentalidad ganadora a los jugadores en apenas dos años. Holanda se plegó finalmente al poderío físico y táctico español, un equipo muy ofensivo y que rebosa talento, en el estadio Nacional de Lahore, de Pakistán, por 4-2.

"Dispongo de una mezcla de jugadores muy maduros y con brillo... Pero en el depore de alto rendimiento no se pueden hacer campeones en sólo un año", espetó Hendriks antes de disputar los Juegos de Atenas frente a la presión mediática. Hace dos días, después de vencer a Pakistán (3-0) en las semifinales, cambió el discurso: "España ha llevado la iniciativa en la segunda parte, en la que jugamos a nuestro nivel. Pero el verdadero reto está por llegar: la final".

Reto superado. David Alegre y Santi Freixa, de 20 y 21 años respectivamente, contribuyeron en gran medida al éxito. Alegre es un delantero nato, muy rápido, habilidoso y, sobre todo, pillo. Además de goles, garantiza esfuerzo, ganas por triunfar y garra. Ayer fue elegido el mejor jugador de la final. Freixa, que suele tararear el We are the champions para motivarse y que marcó dos tantos en el duelo contra Holanda, es el talento, el delantero estrella. No destaca en algo específico, quizás en la pulida técnica que posee y en su fortaleza física, pero es tan completo que se codea sin complejos con la élite del hockey. Así se lo comunicaron el pasado jueves, cuando fue elegido el mejor jugador sub 23 del mundo.

Son, sin embargo, dos de los niños con los que se plantó el combinado español en Pakistán. No viajaron por lesión Pol Amat y Edi Tubau, dos de los mejores jugadores, ni tampoco Pep Sánchez, retirado de la selección después de los Juegos de Atenas. Pero los noveles Sergi Enrique (17 años), Juan Fernández (19) y Eduard Arbós (21), que debutaban con España, superaraon holgadamente la prueba y España dio buena cuenta de Pakistán, India, Nueva Zelanda, Alemania y Holanda.

El enfrentamiento por el tercer y cuarto puesto lo ganó el anfitrión, Pakistán, que doblegó por 3-2 y en la prórroga a India. Únicamente Australia faltó a la cita. La actual campeona olímpica se negó a desplazarse a Pakistán por medidas de seguridad. Pero el rival era Holanda, la selección que siempre se le ha resistido a España, la única que fue capaz de ganarle en Lahore, aunque fuera en la liguilla inicial.

Hasta ayer, España no había pasado del tercer puesto en el Trofeo de Campeones. Ocurrió en Adelaida (Australia), en 1997. Pero desde que llegara al banquillo español Hendriks con su sistema relámpago -consiste en aparentar un equipo defensivo, que hace la presión atrás para hacer un contragolpe coordinado y eficaz-, todo parece posible.

Las buenas sensaciones empezaron el año pasado, cuando España se impuso en el Challenge, el Trofeo de Campeones B, el de las seis segundas mejores selecciones. Luego, se fraguó en el preolímpico de Madrid, cuando la selección perdió la final frente a Holanda. En Atenas, el optimismo pareció esfumarse cuando España quedó a las puertas del bronce al caer frente a Alemania. Pero ayer Hendriks lo materializó y amplió su currículo.

El hoy seleccionador español ha ganado con Holanda la medalla de oro en Atlanta 96 y Sydney 2000, el título mundial en 1998 y el Campeonato de Europa de 1997. "Poco a poco, los jugadores, se van a dar cuenta de que han hecho historia", acabó Hendriks, consciente de que no hay imposibles para su nuevo reto, el de llevar a la selección española a ser la mejor en todos los torneos.