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Análisis:Inversión | CONSULTORIO
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

La eficiencia es clave

El aspecto más característico del actual entorno bancario, tanto en España como en el ámbito internacional, puede ser el reducido nivel de tipos de interés existente, que prácticamente todo el mundo admite que están aquí para quedarse. Este hecho tiene una importancia trascendental, implicando que las entidades de depósito han tenido que acostumbrarse a operar en unas condiciones muy exigentes, distintas de las imperantes en épocas pasadas.

En este entorno de menores márgenes de activo y pasivo y creciente competencia, no sólo procedente de otras entidades financieras, sino también de otros tipos de entidades, el logro de la eficiencia se convierte en un punto clave para las entidades de depósito y el objetivo irrenunciable que debe guiar su gestión, pues sólo las entidades más eficientes estarán capacitadas para sobrevivir, ya que la eficiencia se convierte en condición necesaria para ser rentable y, por tanto, para poder permanecer en el mercado.

La eficiencia mide la competitividad, productividad y rentabilidad de las entidades y, además, su calidad de gestión

La eficiencia mide los gastos en los que debe incurrir una entidad de depósito para obtener los ingresos que se derivan de su actividad típica. La mayor o menor eficiencia es el resultado de los efectos de una serie de variables que hacen referencia a los costes laborales unitarios, la productividad y rentabilidad del negocio, los costes de estructura y la rentabilidad de la red de oficinas comerciales de una entidad.

En este sentido, podemos argumentar que la eficiencia mide adecuadamente la competitividad, productividad y rentabilidad de las entidades, y en último extremo, la calidad de la gestión de las mismas, base sobre la que se asienta su capacidad para competir a largo plazo. Las entidades de depósito españolas han demostrado una notable capacidad de adaptación a este nuevo y exigente entorno, lo que ha provocado que las entidades que operan en nuestro mercado sean más sólidas, resultando en una ganancia de competitividad y rentabilidad en el sector bancario español que le ha llevado a ser uno de los más atractivos de Europa.

Jaime Zurita y F. J. Valero son de Analistas Financieros Internacionales.

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