Condenado a 10 años el joven que intentó asesinar a Chirac
Maxime Brunerie había llegado al final del camino. Se detestaba, había perdido por completo la autoestima y quería suicidarse. Pero antes tenía que "hacer algo histórico" que todo el mundo recordara. El 14 de julio de 2002, durante el desfile de la fiesta nacional en París, disparó contra el presidente francés, Jacques Chirac. No le dio y fue detenido. Ayer fue condenado a 10 años de prisión por el Tribunal de lo Criminal de París. Brunerie, que ahora tiene 27 años, lamentó "profunda y sinceramente" su acción y pidió disculpas a Chirac.
Aquel 14 de julio, Brunerie sacó la carabina que llevaba escondida en una funda de guitarra y apuntó hacía el jefe del Estado, pero fue detenido por un espectador justo cuando apuntaba hacia el coche descapotable en el que Chirac desfilaba por la avenida de los Campos Elíseos. Gracias a ello el disparo salió desviado y la bala se perdió en el cielo. Entonces intento dirigir su arma contra sí mismo, pero varias personas se abalanzaron sobre él y lo neutralizaron. Brunerie dejó de ofrecer resistencia y varios policías se lo llevaron detenido poco después.
La gran masa de espectadores que seguía el desfile conmemorativo de la toma de la Bastilla, no se enteró de lo que había sucedido, pero ahora los expertos en balística aseguran que el disparo, efectuado a menos de 20 metros de Chirac, hubiera sido mortal si llega a alcanzarle.
Grupos de extrema derecha
Lo primero que se dijo del frustrado magnicida fue que militaba en grupos de extrema derecha, concretamente en la Unidad Radical, ahora desaparecida, y en el Movimiento Nacional Republicano (MNR) de Bruno Mégret. Ayer, Brunerie negó que fuera o hubiera sido neonazi, y explicó que si se interesó por estos grupos fue por su aversión al conformismo y por un cierto "gusto de lo prohibido". Además, dicen ahora los psicólogos que le han tratado, que el joven había buscado "la familia que añoraba" en el seno de estos grupos neonazis.
La condena que le impuso ayer el tribunal parisiense rebasa la petición de la Fiscalía, que había solicitado una pena de prisión de entre seis y ocho años. Chirac no se presentó como parte civil en la causa. La defensa pidió la absolución alegando que Brunerie padecía problemas mentales, pero todos los informes psiquiátricos coincidían que, si bien el joven tenía una personalidad perturbada, en el momento en que decidió atentar contra el presidente de la República, sólo sufrió una "alteración" de sus facultades mentales pero era completamente consciente y responsable de sus actos.
El retrato que emerge ahora de este joven que hubiera podido "hacer algo histórico", es el de un tipo extremadamente introvertido, sexualmente frustrado, adicto a las webs "más sulfurosas y moralmente condenables" de Internet, según la fiscalía, y tremendamente insatisfecho de sí mismo.
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