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Llamazares promete que si es reelegido líder de IU hará una "oposición influyente" al PSOE

La incorporación del jefe del sector mayoritario en Madrid refuerza al coordinador general

La relación con el PSOE se convirtió, como estaba previsto, en el asunto clave de la VIII asamblea extraordinaria de Izquierda Unida. El actual coordinador general, Gaspar Llamazares, señaló en clara referencia a sus críticos, que le acusan de haberse entregado al PSOE: "Yo no creo que unos compañeros estén en manos del PSOE y otros formen pinza con el PP. Nadie está proponiendo ningún abandono del hilo rojo de IU. No está en discusión. Haremos una oposición influyente". La unión de sus dos rivales, Felipe Alcaraz y Enrique Santiago, que se ultimaba anoche, marcó la jornada en los pasillos.

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Mientras sus rivales intentaban unirse, Llamazares consolidaba sus apoyos. La incorporación a su lista de Ángel Pérez, el hombre fuerte de Madrid, refuerza sus opciones de ganar la asamblea. Los otros dos candidatos, Felipe Alcaraz y Enrique Santiago, intentaban cerrar un pacto, anoche ya muy avanzado después de que el secretario general del PCE, Francisco Frutos, máximo rival del coordinador, los reuniera para ponerlos de acuerdo. El pacto consistiría en que Santiago encabezaría la lista a votar por los delegados pero para apoyar después a Alcaraz como coordinador general y quedarse él como número dos en la dirección. Esta unión no preocupaba al equipo de Llamazares, que confiaba en tener la mayoría. El límite para que sus rivales hagan una lista única es las siete de esta tarde, cuando las candidaturas deben ser registradas.

Llamazares, que ha consolidado en los últimos días su bloque, lanzó a la asamblea un discurso muy humilde, con constantes referencias a sus "errores" y a los pésimos resultados electorales que le echaron en cara sus críticos. Consciente de que otros recientes discursos agresivos contra sus rivales sentaron muy mal entre los dirigentes, cambió su tono habitual. "Hay cosas que no se han hecho bien, aunque no se puede hablar de desastre. Soy el máximo responsable. No he conseguido una dirección colectiva, que confiase en sí misma y en todos sus miembros. Me equivoqué en la gestión de la candidatura a las elecciones europeas y en otras muchas ocasiones", señaló. Se refería a la malograda propuesta de que el fiscal Carlos Jiménez Villarejo encabezara la lista de IU a las europeas.

IU mantuvo ayer su tradición formalista, a ratos asamblearia. Más de dos horas estuvieron los delegados discutiendo y votando sobre la mesa de la asamblea, el reglamento que la regula y hasta el horario. Fueron los jóvenes del grupo de Santiago quienes más insistieron en esas votaciones dilatorias, que animaron mucho al grupo de Llamazares, porque la oposición, dividida por la tarde entre el grupo de Santiago, con más apoyos, y el de Alcaraz, rozó el 40%, frente a un 60% de la mayoría.

Llamazares tenía un conejo en la chistera: a última hora, y por sorpresa para muchos delegados, incorporó a su lista a Ángel Pérez, diputado y hombre fuerte de Madrid, que siempre se había colocado enfrente del coordinador general. Hace poco más de un mes logró echar de la dirección de IU-Madrid al candidato de Llamazares, Fausto Fernández. Como demostración de fuerza, el grupo de Llamazares anunció que en su lista están los tres diputados de IU (Llamazares, Pérez e Isaura Navarro), además del poeta Luis García Montero y la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, presidenta de la asamblea.

Fortaleza de Santiago

En cualquier caso, nada es definitivo. El grupo de Santiago dejó también clara su fortaleza. Uno tras otro, sus representantes en las federaciones fueron defendiendo el documento alternativo y haciendo discursos sobre la identidad de IU, el gran asunto que plantea la oposición a Llamazares. Y enseguida se pudo comprobar quién le apoya: jóvenes cargos intermedios, muy críticos con las eternas peleas de la generación anterior, que exigen una renovación de al menos el 60% en los cargos. Y que critican a Llamazares porque, dicen, ha optado por "la política de las ruedas de prensa" en vez de trabajar más en la base de la organización. A este grupo de jóvenes se iban incorporando los sectores más a la izquierda de IU, como el de Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda, o el Espacio Alternativo de Jaime Pastor.

En su discurso, Llamazares también tuvo referencias claras a las últimas peleas internas, muy subidas de tono, especialmente las que le han enfrentado a Frutos. "Debemos hacer autocrítica, pero no masoquismo. La crítica a veces se vuelve irrespirable y se envuelve en el rencor y la enfermedad. En esta organización no sobra nadie, falta mucha gente", dijo.

Pese a esta declaración, en todos los corrillos se asumía que el equipo de Llamazares está preparando un grupo sólido para poder hacer con IU lo que la oposición de Frutos y otros no le han permitido hasta ahora. Esto es, avanzar en los cambios hacia el ecosocialismo, sin perder la tradición comunista, y continuar la senda de buena relación con los sindicatos, con otras fuerzas de la izquierda y con el PSOE siempre que haga políticas de izquierda.

Algunos comentaban que el modelo podría parecerse al de Javier Madrazo, que ha tenido durante años en el País Vasco una oposición del 47%, y sin embargo ha realizado todos sus proyectos, incluido el de participar en el Gobierno autónomo con el PNV. Para lograrlo puede contar con los apoyos de las federaciones más importantes, excluida Andalucía.

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