Los españoles respaldan la Carta europea, pero apenas la conocen

Más del 80% de los españoles quiere un referéndum para votar la Constitución europea y la mayoría tiene previsto votar a favor de su ratificación, pero casi nadie la ha leído. Lo dijo ayer el presidente del Parlamento Europeo, Josep Borrell, en un almuerzo en Madrid y provocó las carcajadas de los asistentes al ágape. Pero no era ninguna broma: Borrell recogía las principales conclusiones de un sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) y del Real Instituto Elcano sobre España y la UE, que refleja la división de la sociedad española ante una eventual incorporación de Turquía a la Unión: la apoya el 44% y la rechaza el 37%.

El presidente del CIS, Fernando Vallespín, y el director del Real Instituto Elcano, Emilio Lamo de Espinosa, presentaron ayer en Madrid el estudio, cuyo trabajo de campo se realizó del 8 al 12 de noviembre. En la muestra, de 2.400 entrevistas telefónicas, están sobrerrepresentadas Cataluña y el País Vasco para medir mejor el posible impacto de las reticencias a la Carta europea expresadas por las formaciones nacionalistas. En ambas comunidades la Constitución es percibida también positivamente, incluso por los electores de partidos nacionalistas.

Vallespín, Lamo de Espinosa y el investigador que ha coordinado el estudio, Javier Noya, coincidieron en destacar que el fuerte europeísmo de los españoles -por razones históricas, reforzadas durante el franquismo- explican la aparente contradicción entre el respaldo masivo a la UE, el deseo de votar la nueva Ley Fundamental y el desconocimiento sobre su texto.

Sólo el 1,4% de los consultados afirma conocer "mucho" el contenido de la Constitución y otro 13,7%, bastante. Pero el 42% de españoles ya tiene decidido votar a favor y únicamente el 6% asegura que votará en contra, aunque siguen existiendo muchos indecisos (el 38%).

Un sondeo del pasado junio situaba el respaldo en el 68% y el rechazo en el 3%, pero el estudio tenía otras características técnicas (el CIS no participó). En el sondeo presentado ayer, el porcentaje de apoyo sube hasta el 52% si se considera sólo a los que ya tienen decidido que participarán en el referéndum del 20 de febrero.

Según el trabajo, los españoles tienen tantas ganas de votar que el propio Vallespín pidió "mucha cautela" hasta que se conozcan los resultados de una futura encuesta en enero. En contraste con la percepción generalizada de que va a ser difícil la movilización, el sondeo augura una afluencia a las urnas propia de unas legislativas, los comicios que suelen registrar mayor participación: el 63% dice ahora que votará "con toda seguridad" y otro 16% afirma que "probablemente sí" lo hará.

Entre los electores de todas las formaciones políticas -incluidas Izquierda Unida (IU) y los partidos nacionalistas que apuestan por el no- los partidarios de la Constitución europea superan por mucho a los que ya han decidido votar en contra. Sin embargo, sólo en el caso de los socialistas el porcentaje de electores que respaldarán la Ley Fundamental europea es notoriamente superior a los que todavía no tienen decidido su voto. Para los socialistas, como subrayó ayer Josep Borrell en el Foro Nuevo Economía, en Madrid, la Constitución tiene "demasiadas imperfecciones", pero supone un "paso adelante" que debe apoyarse.

Los votantes del Partido Popular también apoyan el texto de forma contundente (40,% de síes frente al 7,9% de noes), aunque el estudio revela ciertas reticencias: se deben básicamente a que algunos consideran que "España pierde peso político" con la Constitución.

Los que siguen a los socialistas en entusiasmo por el Tratado constitucional son los simpatizantes de Convergència i Unió (CiU), cuya dirección se ha mostrado en cambio muy titubeante. Los electores de esta federación son los más insatisfechos con la posición de su partido: sólo el 50% de sus votantes se consideran bien representados en sus ideas sobre Europa y únicamente el 41% tiene clara la postura de la formación, porcentajes inferiores al del resto de partidos.

La encuesta revela la división de los españoles ante una eventual entrada de Turquía a la UE: la respalda el 44%, la rechaza el 37% y está indeciso el 18%. En el debate organizado ayer por el Foro Nueva Economía, Borrell se mostró partidario de la negociación mientras que Miguel Boyer, ex ministro de Economía, argumentó apasionadamente que su incorporación sería "un disparate".