La dirección regional tercia en el conflicto por la ejecutiva del PP de Málaga
El presidente y el nuevo secretario provincial se enfrentan en vísperas del congreso
El PP de Málaga corre el riesgo de salir de su congreso provincial, que se celebrará mañana, con más heridas abiertas que curadas. Pese a que sólo hay una candidatura, la que encabeza el actual presidente, Joaquín Ramírez, la pugna por la configuración de la nueva ejecutiva ha dejado en evidencia profundas discrepancias entre éste y quien será nuevo secretario provincial, Francisco Delgado Bonilla. La dirección regional se esforzó ayer en poner paz.
Un congreso que en principio estaba llamado a ser una balsa de aceite, con un presidente que cuenta para su reelección con el 98% de avales de los compromisarios que participarán en el cónclave se ha estancado por el reparto del poder interno y de las diferentes áreas.
Ramírez ha pretendido configurar un equipo directivo de su absoluta confianza para encarar su segundo mandato al frente del PP de Málaga, después de cuatro años sin entendimiento alguno con la secretaria provincial, Mariví Romero, y con un claro distanciamiento entre la dirección del partido y el alcalde de la capital, Francisco de la Torre, y su núcleo de concejales más afines.
Pero en su proyecto se ha topado con las pretensiones de Delgado Bonilla, quien no ha estado de acuerdo con las propuestas de Ramírez para los principales cargos de responsabilidad y apelaba a la necesidad de una mayor renovación e integración.
El tira y afloja entre ambos llegó a un punto crítico en la tarde del jueves, cuando Delgado Bonilla llegó a plantear a Ramírez que si no estaba conforme con sus planteamientos para la ejecutiva, él sobraba y estaba dispuesto a renunciar a ser designado secretario provincial.
Ramírez a su vez respondió con otro órdago y planteó a la dirección regional que o disponía de más margen de maniobra para conformar su nuevo equipo o era él quien renunciaba. Apenas 48 horas antes del congreso, se ponía así al borde de la ruptura el equipo diseñado por el presidente regional, Javier Arenas, para dirigir el PP de Málaga. Fue el presidente regional quien decidió que Delgado Bonilla fuera el nuevo secretario provincial del PP de Málaga.
Desde el ámbito de Ramírez se reprocha a Delgado Bonilla haber tensado demasiado la situación y su desconocimiento del partido. El nuevo secretario provincial del PP se afilió al partido hace dos años, curiosamente reclutado por Ramírez para ser candidato a la alcaldía de Vélez y hasta el momento no ha tenido puestos de responsabilidad orgánica fuera de la organización local. Fuentes de la dirección regional admitieron ayer que Delgado Bonilla ha sido "ingenuo" y que en su órdago a Ramírez "se le había ido la boca".
La mediación del secretario general del PP andaluz, Juan Ignacio Zoido, logró ayer poner algo de calma en la situación. Al cierre de esta edición, Ramírez y Delgado Bonilla mantenían una reunión para cerrar la ejecutiva y tratar otros asuntos como el papel institucional que éste tendrá a partir de ahora. El diseño realizado por la dirección regional contempla que Delgado Bonilla ocupe un escaño en la Diputación Provincial, para lo que debería dimitir el diputado por la comarca de La Axarquía, José Manuel Atencia.
Para antes del comienzo de la reunión, la dirección provincial del PP ya hizo públicos a lo largo del día de ayer algunos de los nuevos nombramientos. Curiosamente, en ninguno de los dos comunicados enviados se hace alusión a la secretaría general.
En la nueva ejecutiva se amplía el número de vicepresidencias. Seguirán Ana Corredera y el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, quien ha condicionado su continuidad a un acuerdo entre Ramírez y Delgado Bonilla, y se incorporan pesos pesados como Celia Villalobos, Manuel Atencia y el alcalde de Torremolinos, Pedro Fernández Montes.
Se amplía además la representación de concejales de la capital, con dos ediles del entorno del alcalde, Concepción Pineda y Teresa Porras. El partido también informó que uno de los vicesecretarios será Pablo Antón, aunque sin asignarle área. Ramírez había elegido a Antón como secretario provincial, pero Delgado Bonilla lo rechazaba, hasta el punto de que fue una de las cuestiones que más tensión creó.
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