El espectáculo de Earth,Wind and Fire
In concert muestra las características de Earth, Wind and Fire sobre un escenario: el gusto por el gran espectáculo y la asombrosa precisión vocal e instrumental. Grabado en Oakland como un especial para el canal Home Box Office, In concert contiene Fantasy, Let's groove. Shining star, That's the way of the world, Devotion y otros 10 temas. El DVD se pone a la venta a partir de mañana con EL PAÍS por 6,95 euros.
Earth, Wind and Fire puede servir como prototipo. Prototipo de las agrupaciones de jazz que se pasan con armas y bagajes a tocar funk, una música más participativa, y lucrativa. Kool and the Gang, los Crusaders o la Dazz Band son otros grupos que han hecho el mismo camino, donde han coincidido con jazzmen como Herbie Hancock, Miles Davis o Donald Byrd.
En el principio está Maurice White. Nacido en Memphis en 1941, se patea el circuito del gospel sureño hasta que en 1961 viaja a estudiar a Chicago. Allí se establece como baterista de sesión. Grabando para Chess Records, conoce a Ramsey Lewis, pianista que factura un gozoso jazz festivo. A su lado, Maurice aprende a contentar al personal y, también importante, los secretos del negocio.
En 1968, White crea una productora y forma un cuarteto, The Salty Peppers. Al poco, crecen en personal y se rebautizan como Earth, Wind and Fire. El nombre -Tierra, Viento y Fuego- tiene resonancias astrológicas para Maurice, que ha investigado en las culturas africanas y adopta la iconografía del antiguo Egipto, aparte de incorporar la kalimba, ese piano africano que se toca con el pulgar. A lo largo de los setenta, Earth, Wind and Fire van afinando su oferta. Siguiendo el modelo de George Clinton, White convierte cada actuación en un show deslumbrante. A diferencia de Clinton y su tropa del P-Funk, el músico de Memphis evita locuras y modula su música para llegar a un público amplio. De hecho, Earth, Wind and Fire amplía conscientemente su mercado al aceptar telonear a gente como John Sebastian o Santana.
En 1975, un golpe de suerte: aparecen en That's the way of the world, un largometraje del director de Superfly, Sig Shore, donde Harvey Keitel es un ejecutivo de una discográfica mafiosa que debe elegir entre apoyar música que detesta o a un grupo en el que cree fervientemente (Earth, Wind and Fire, claro). La película pincha pero, caso insólito, la banda sonora despega. Allí está el primer número uno del grupo, Shining star; de hecho, el filme es relanzado inmediatamente con este título.
Lo que sigue es un torrente de éxitos y premios. Aunque sufren deserciones y muertes -la de su arreglista, Charles Stepney-, hay una continuidad de visión. Maurice White controla el timón, respaldado por varios de sus hermanos, dentro o fuera del escenario. Earth, Wind and Fire es una de las bandas de funk que superan los embates de la disco music, a la que se adaptan con dignidad. A finales de 1981 son número uno en las listas de R & B durante 11 semanas con Let's groove.
Ésa es la banda que cierra 1981 tocando dos noches en el inmenso Oakland Coliseum. Allí se graba el presente DVD: In concert es una fiesta. Excepto en alguna balada que borda el cantante Philip Bailey, cada número tiene una coreografía exuberante. Los trajes de los 10 miembros de Earth, Wind and Fire -más los cuatro metales de The Phoenix Horns- son, bueno, indescriptibles. El ritmo del espectáculo no decae, ni siquiera con los solos del guitarrista Johnny Graham o los saxofonistas Andy Woolfolk y Ron Myrick. Hay rayos láser, explosiones, plataformas hidráulicas y hasta un combate de Maurice White contra una especie de Fantasma del Paraíso. Gana Maurice, claro, y los espectadores californianos se marchan sonriendo. Y bailando.
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