Bruselas veta la reordenación energética de Portugal para competir en la Península
El presidente de la Comisión apoyaba que EDP Y ENI compraran Gas de Portugal
La primera decisión de calado en el terreno de la Competencia adoptada por la nueva Comisión Europea que preside el portugués José Manuel Durão Barroso ha sido para vetar la gran fusión en el sector de la energía que el actual presidente europeo apoyó cuando era primer ministro de Portugal para crear un mercado ibérico de la energía. Bruselas ha prohibido que Energias de Portugal (EDP) y la compañía italiana ENI adquieran Gas de Portugal. La operación habría impedido la liberalización efectiva en el sector y originado un aumento de los precios.
Las dos compañías compradoras, EDP y ENI, se encuentran en plena fase de expansión en Europa y ahora intentaban controlar el mercado portugués de gas y electricidad con el objetivo de situarse con fuerza en un hipotético mercado ibérico de la energía. EDP es el operador tradicional en Portugal del sector eléctrico y domina la producción, distribución y suministro. Además, participa en los mercados de gas y electricidad en España a través de sus filiales Naturcop e Hidrocantábrico.
La italiana ENI, por su parte, participa en todos los sectores energéticos, y entre sus objetivos figura en lugar destacado el mercado de gas en la península Ibérica. En Portugal ya posee el 49% de EDP Gas, y en España, el 50% de Unión Fenosa Gas. Por eso, el veto anunciado ayer en Bruselas dará pie a nuevas estrategias entre todas las empresas implicadas.
Posición dominante
Para el Ejecutivo comunitario, la operación ahora prohibida hubiera situado a EDP en una "posición dominante" en el mercado eléctrico portugués porque habría anulado la posible competencia de GDP tanto en electricidad como en gas. Además, habría conllevado importantes trabas para el acceso de otros competidores en el futuro porque, al adquirir Gas de Portugal, EDP hubiera tenido bajo su control una de las principales materias primas para producir electricidad.
Legalmente, el sector eléctrico está totalmente liberalizado, abierto a la competencia, y lo mismo se está haciendo en forma progresiva en el mercado del gas porque así lo impone la legislación comunitaria. Si Bruselas no hubiera vetado la operación, esa liberalización teórica no existiría en la práctica. Por eso, la Comisión exigió una serie de condiciones restrictivas para poder hacer la compra proyectada, pero GDP y ENI no las aceptaron.
Con ese veto de Bruselas se estrenó ayer la polémica comisaria de Competencia, la holandesa Neelie Kroes, quien se enfrenta a potenciales conflictos de intereses por haber pertenecido a decenas de consejos de administración de multinacionales. Por eso, y antes de anunciar la decisión, admitió que algunos tenían "dudas" sobre su "imparcialidad" y que incluso pensaban que se comportaría en el puesto como "una gatita". Las decisiones tomadas hoy, señaló, "evidencian lo contrario".
"Hay que impedir esta especie de clubes para que no se vaya por la ventana lo que entra por la puerta", comentó Kroes con respecto a la liberalización del sector. "Ha sido un caso claro de monopolio, indefinido en el tiempo". Para la comisaria, la venta proyectada hubiera sido "negativa" para los consumidores y para los competidores. "Era una mala propuesta para el mercado portugués".
Kroes consideró "muy poco probable" que la operación hubiera aportado algo bueno a un hipotético mercado energético ibérico. Precisó, no obstante, que Bruselas analizará "caso por caso" probables iniciativas de ese tipo en España o Francia y que del veto de ayer no deben sacarse conclusiones claras para el futuro. "Dependerá del mercado y del nivel de competencia en el sector". En este caso, ha sido el propio presidente de la Comisión el que se ha visto obligado a estar al margen de los debates habidos al respecto porque apoyó la operación mercantil como primer ministro para reforzar las posiciones de las empresas portuguesas de energía en el escenario europeo.
Multa a Basf
La Comisión también acordó ayer imponer una multa de 66,3 millones de euros a Azko Nobel, Basf y UCB por pactar precios en la venta de vitamina B4, usada como aditivo en los piensos para pollos y cerdos. Se trata, comentó la comisaria, de "empresas que se reparten el botín". Fue uno más de los comentarios de tono duro que Kroes empleó en su primera rueda de prensa para intentar alejar las dudas sobre su comportamiento. Se comparó a un árbitro de fútbol que tocará el silbato siempre que haga falta porque tendrá "tolerancia cero".
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