Las prostitutas de club de Castellón son jóvenes con familia a su cargo
Isonomía estudia el perfil de las mujeres que ejercen esa actividad
El perfil de las prostitutas que trabajan en los clubes de alterne de la provincia de Castellón es el de una mujer de entre 20 y 30 años de edad, separada o divorciada y con algún miembro de su familia a su cargo, con un alto nivel de estudios, politoxicómana y procedente, en su mayoría, de países de América Latina. Un estudio de la Fundación Isonomía ha elaborado ese perfil a partir de entrevistas y encuestas realizadas a mujeres que ejercen en clubes esa actividad.
La mayoría están en "régimen de plaza", trabajan 21 días y se las llevan a otro lugar
La Fundación Isonomía de la Universidad Jaume I de Castellón presentó ayer los resultados de un informe elaborado por un Grupo de Indagación, Análisis y Trabajo (Giat) a partir de entrevistas y encuestas realizadas en clubes de prostitución de la provincia de Castellón y en colaboración con las organizaciones que trabajan directamente la problemática, como la Asociación Ciudadana de lucha contra el Sida y Causas Unidas, que pasó a ser pieza clave en la recopilación de información.
En la provincia de Castellón hay más de medio centenar de clubes. El 60% de ellos se encuentra en la carretera nacional 340, mientras que otro 30% se ubica en la capital de La Plana y el 10% restante en municipios de la provincia. Para realizar el estudio, iniciado en 2003, se visitaron diez clubes aunque, posteriormente, once mujeres acudieron, además, a los servicios de la Fundación Isonomía y también trabajaron en el proyecto. Según el informe, resulta "imposible" determinar el número de prostitutas que ejercen en Castellón, debido a que la mayoría se encuentran en "régimen de plaza", es decir trabajan 21 días y se las llevan a otro lugar.
Las conclusiones del trabajo revelan que el 57% son latinoamericanas, procedentes de la República Dominicana, Colombia, Ecuador, Cuba o Brasil. El 34% procede de países de Europa central y del Este, principalmente, de Rumanía, Chequia y Eslovenia, mientras que el 9% restante procede del África subsahariana, con Guinea, Nigeria y Senegal como países de origen. Todas tienen una edad entre los 20 y los 47 años, aunque entre las africanas y latinoamericanas se encuentran las más jóvenes. Las prostitutas procedentes de Europa son las que menos tiempo llevan ejerciendo el trabajo sexual en España y, según expusieron en las encuestas realizadas en los clubes, la mayoría de ellas han sido inducidas a ejercer la prostitución "engañadas" ante una oferta de trabajo.
Las encuestas realizadas desvelan que el 90% de las prostitutas están separadas o divorciadas y tienen hijos menores o a algún miembro de su familia a su cargo. Sin embargo, entre las madres, sólo el 5% cuenta con sus descendientes en España.
El mismo informe resalta que "al contrario de lo que se podría suponer", el 85% tiene un alto nivel de estudios (bachiller en su gran mayoría). Además, muchas de ellas mostraron interés por convalidar sus estudios en España y continuar estudiando. Todas ellas poseen experiencia laboral en diferentes ámbitos y ninguna de ellas había ejercido la prostitución en su país de origen.
El 80% de ellas admitieron ser politoxicómanas, es decir, adictas a varias sustancias entre las que destacaron el alcohol (90%) y la cocaína (50%). En el 95% de los casos tratados, admiten haber padecido alguna enfermedad de transmisión sexual como la gonorrea o la sífilis, pero todas ellas aseguraron no ser portadoras del VIH. Sin embargo, también se han detectado enfermedades psíquicas, principalmente de ansiedad, transtornos obsesivos-compulsivos, como una exagerada necesidad de limpieza en sus cuerpos. Otro tipo de transtornos detectados son los referentes a la conducta alimentaria, falta de autoestima y habilidades sociales.
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