La UEFA expedienta al Valencia y al Werder Bremen

La UEFA abrió ayer un expediente al Valencia y al Werder Bremen por los incidentes entre ambos equipos al final del partido del martes, en Mestalla, en el que el conjunto alemán se clasificó para los octavos de final de la Liga de Campeones (0-2) dejando en la cuneta al español. "Las sanciones se conocerán probablemente el próximo martes. Nos basaremos en el acta del árbitro [el sueco Anders Frisk] y en el vídeo del encuentro. No estudiaremos sólo las declaraciones de Claudio Ranieri, sino todo en general. También, el lanzamiento de objetos al campo", afirmó ayer un portavoz de la UEFA.

El técnico italiano del Valencia, enfadado con la actuación arbitral, dijo a varias cadenas televisivas nada más terminar el encuentro que ahora "entendía" por qué "le partieron la cabeza en Roma", en alusión a la agresión que sufrió Frisk en la primera jornada de la Champions, en la cita del club italiano con el Dinamo de Kiev. Ayer, sin embargo, Ranieri ofreció sus disculpas, instado a ello por los dirigentes del club y por la propia presión de la hinchada, indignada por la mala imagen que había transmitido. "Estaba muy nervioso y me dejé llevar por el ambiente. Pido perdón a todos", manifestó Ranieri en el acto de prolongación del contrato del centrocampista Sissoko hasta 2011 y no admitió ninguna pregunta.

"No estamos de acuerdo con algunos jugadores ni con nuestro técnico", dice el portavoz de Mestalla

El propio club entonó ayer la autocrítica. "No estamos de acuerdo ni con la actitud de algunos de nuestros jugadores al final del partido ni con las declaraciones de nuestro entrenador", afirmó el portavoz, Agustín Morera, que dejó la puerta abierta a posibles sanciones internas. En el punto de mira estarían Ranieri; Angulo, que escupió a Borowski, y Vicente, que empujó a Ismael. "Sufrimos burlas en Bremen y en Valencia", se justificó Vicente; "hacían toquecitos con el balón y el gesto del marcador con las manos. Estuvieron provocándonos siempre". Respecto a los castigos que puedan llegar por parte de la UEFA, Morera pidió precisamente que se tengan en cuenta las "provocaciones" de los jugadores del Werder.

Ranieri queda muy tocado tras la eliminación de la Champions. No solamente por caer, sino por la forma de caer. Con mal estilo y sin un juego convincente. Los progamas deportivos de las emisoras de radio valencianas recibieron una avalancha de críticas contra él. Se le reprochó el hecho de que sustituyera a Aimar porque "el árbitro le tenía manía". O el haber efectuado tres cambios a falta de media hora y sin posibilidad de rectificación. Se le recrimina además que haya dilapidado el capital futbolístico acumulado por su predecesor, Rafa Benítez. Y que "la mejor plantilla de la Liga", según Carboni, no esté a la altura de las circuntancias.

Después de cinco meses al frente del Valencia, Ranieri no conoce bien a sus jugadores. Y son muchos los hinchas valencianistas que se preguntan quién le trajo para sustituir a Benítez. Y por qué se le firmaron tres temporadas, como entrenador y como mánager general, con un sueldo de 1,8 millones de euros netos por curso.

Fue Manuel Llorente, director general del club, quien, tras unas pésimas relaciones con Benítez, que precipitaron su marcha, recurrió a Ranieri como medida populista aprovechando el tirón del italiano entre los aficionados por su anterior etapa en el equipo, hace cinco años, cuando ganó la Copa del Rey ante el Atlético de Madrid en 1999. Un grato recuerdo evaporado en cinco meses.