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Signos

Un libro rastrea la tradición angloamericana en Gil de Biedma

El profesor Andrew Samuel Walsh ha publicado un estudio titulado Jaime Gil de Biedma y la tradición angloamericana (Universidad de Granada, 2004). El libro rastrea la influencia de la cultura angloamericana en la poesía del autor de Las personas del verbo. El libro trata la aclarar la relación existente entre la poesía de Gil de Biedma y la de T. S. Eliot. Esta constante, que ha sido analizada con frecuencia en las últimas décadas, se presenta desde una perspectiva novedosa, ya que no se fundamenta en la relación que pueda existir fuera de los textos. Walsh analiza meticulosamente los poemas del barcelonés y encuentra relaciones intertextuales con los del autor de La tierra baldía.

Con respecto a la relación de Gil de Biedma y la de otros poetas del 50 con la literatura inglesa llega a afirmar que no se trata en ningún caso de que renieguen de lo español sino de que ven a esta literatura como un espejo de la europea. Para el profesor lo que tratan es de acercarse a Europa.

Antonio Chicharro Chamorro, autor del prólogo de la edición, afirma que la obra presentada por Walsh es "una de las más fundadas aportaciones desde el comparatismo de nuestros días, de cuño y proyección cultural europeos", que se emplean para conocer mejor "la activa presencia del pensamiento y la cultura literaria angloamericana en el proyecto poético de Gil de Biedma".

Estancia en Oxford

En opinión de Walsh, el poeta barcelonés no sólo se caracterizaba por su anglofilia sino que llegó a desarrollar un "cierto temperamento inglés que le impulsaba a relacionar y contrastar los valores culturales españoles con los que había empezado a aprender durante su estancia en Oxford en 1953".

Para el profesor inglés, fue precisamente durante la estancia de Jaime Gil en esta universidad cuando "se inició una anglofilia duradera". Samuel Wash presenta como evidencia de esta afirmación un ensayo titulado Wellington Place en el que "evocaría con nostalgia su vida oxoniense", y que fue escrito en 1983 y leído por Gil de Biedma en 1988 durante una ceremonia en la Residencia de Estudiantes de Madrid.

Al contrario de lo que le sucedió a Luis Cernuda durante su exilio escocés, Gil de Biedma entró en sintonía con las costumbres y la tradición británica, lo que influiría no sólo en su aprendizaje del idioma, sino en muchas de sus lecturas. Además, el conocimiento de esta lengua quedaría patente no sólo en su poesía, sino con mayor claridad en su obra ensayística, fundamentalmente en el libro El pie de la letra.

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