Política educativa
Desde el mundo real de la educación, desde el día a día de un IES... (mejor dicho, de siete que llevo ya recorridos en otros tantos años, a cual más lejos de mi casa, esperando a tener 50 o 60 años para poder reunir los puntos suficientes para acercarme a mi ciudad y entonces, quizá, plantearme poder tener mi propia familia..., ¿creen que gracias a sus políticas de conciliación de la vida familiar y laboral las mujeres trabajadoras podremos empezar a tener hijos con 50 años? Pero, en fin, ése es otro tema sobre el que quizá les escriba otra carta en alguna ocasión). El caso es que, como les decía, como trabajadora de la enseñanza y como persona de izquierdas, les voy a pedir que no sigan metiendo en el mismo saco a todos los que nos mostramos críticos con su forma de abordar la política educativa y a los que afirmamos que no es verdad que esté habiendo un debate real sobre la necesaria reforma (también lo dijimos con la LOCE, claro que sí). Ser de izquierdas significa precisamente no cerrar los ojos ante la realidad y, sobre todo, buscar e incidir en las causas que originan los problemas, no quedarse en lo superficial y anecdótico. Me piden ustedes que enseñe valores democráticos y cooperativos, igualdad de género, consumo responsable, paz y no violencia... a unos jóvenes que, por otra parte, crecen en un mundo en el que, a causa de políticas que ustedes mismos diseñan y ponen en práctica, se hace equivalente el concepto de libertad a la libertad para consumir cuanto más mejor y a saltarse los derechos de los demás en nombre de los propios; se permite una televisión y una publicidad que dan escalofríos (¡ah, el sagrado mercado!); se convierte el mundo laboral en un páramo donde encontrar un trabajo digno es casi un milagro... La escuela no es, ni puede, ni debe ser una isla; es un reflejo de lo que hay fuera y que, al parecer, a ustedes no les interesa mucho cambiar.
No me pongan ustedes más ordenadores en los colegios, por favor, no me digan que haga adaptaciones y programaciones más innovadoras. No se rían ustedes más de nosotros. Demuestren que realmente son de izquierdas, ya que tanto presumen de ello, y vayan al verdadero origen del individualismo, la insolidaridad, la violencia, el consumismo, la impulsividad, la frustración crónica... de nuestros alumnos. Ustedes saben qué tipo de mundo genera todo eso... Alguna vez estudiaron marxismo, ¿verdad.
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