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ETA atemoriza a Alicante en el día de su patrón

17 meses después, la banda terrorista reaparece y explosiona un artefacto sin causar heridos

Casi un año y medio después del último atentado de ETA en Alicante, (cuando un explosivo estalló en un hotel frente a la Playa del Postiguet), la ciudad volvió ayer a ser objetivo de la banda terrorista. Un artefacto de escasa potencia, enterrado en un macetero del Paseo Marítimo, estalló en el día del patrón de la ciudad, San Nicolás. La bomba no causó heridos ni daños materiales. Inicialmente, la policía acordonó una zona equivocada aunque logró evacuar el lugar minutos antes de la deflagración. La patronal hotelera advirtió de que acciones como éstas "amenazan" los intereses turísticos.

Apenas pasaba un minuto de la una y media, cuando un artefacto de escasa potencia estalló en el paseo del Puerto de Alicante, frente a la Explanada de España, lugar emblemático y foco de atracción de turistas y residentes, especialmente los días festivos. ETA enterró el explosivo en una de las macetas que jalonan el paseo marítimo.

Las primeras informaciones facilitadas por la banda terrorista confundieron a los medios policiales que inicialmente acordonaron el entorno de la Plaza de España, zona alejada varios centenares de metros del punto donde se hallaba el artefacto. El hecho de que el comunicante anónimo de ETA informase de que el explosivo se ubicaba en Plaza de España, y no en el Paseo de la Explanada de España, de terminología similar y donde realmente se encontraba el explosivo, precipitaron las labores de desalojo. No obstante, pocos minutos antes de que fuera detonado el artefacto, según testigos presenciales, los efectivos policiales ya habían evacuado el lugar. El anuncio terrorista bloqueó a la ciudad. La policía acordonó e impidió el tráfico rodado en la Plaza de España, una de las arterias neurálgicas para acceder al centro. Otro perímetro de seguridad se implantó minutos más tarde en la avenida Conde Vallellano, vial que transcurre por el frente litoral, con lo que el caos circulatorio se impuso en las calles.

Las reacciones políticas al acto terrorista se sucedieron a lo largo de toda la jornada. El presidente de la Generalitat Valenciana, Francisco Camps, condenó el atentado y dijo que "la única forma de acabar con los asesinos, con los terroristas, es estar todos juntos y actuar con la policía, las leyes y la cooperación internacional". Camps advirtió de que los terroristas lo que quieren es "romper" la convivencia y la paz. "Hoy, Día de la Constitución, tenemos que seguir defendiendo que la única forma de acabar con ETA es estar todos juntos", añadió . La vicesecretaria del PSPV, Isabel Escudero, condenó "rotundamente" las siete explosiones en varias ciudades españolas. Al respecto, subrayó la necesidad de la unión las fuerzas que creen en la democracia para combatir "este estertor último de ETA que se está dejando notar". Tras condenar el acto terrorista, Esquerra Unida en Alicante reclamó que nadie saque réditos políticos o electorales. El delegado del Gobierno en la Comunidad, Antonio Bernabé, recordó a los terroristas "que por esta vía no van a ningún lado" y añadió que "van a tener siempre en contra al Gobierno y al Estado de Derecho".Los cocineros y camareros del restaurante La Goleta, de la Explana, no daban crédito a lo que estaba ocurriendo. "Un día que teníamos el local lleno de reservas para comer arroz", comentó uno de ellos. "Es lo que faltaba, primero la lluvia y el frío, y ahora, esto nos arruina el puente", comentaba otro compañero mientras aguardaban en el perímetro de seguridad delimitado por la policía. "No podemos ir a casa, en el restaurante me he dejado la cartera, el teléfono y las llaves", agregó. Todos los locales comerciales, bares, cafeterías y restaurantes del Paseo de la Explanada de España, fueron desalojados en pocos minutos. "En un segundo todos los clientes empezaron a pedir la cuenta y echaron a correr", relataba un camarero de una cafetería con terraza.

Durante casi tres horas la zona estuvo acordonada. Equipos de la policía científica, unidades de los Tedax y agentes especializados en artefactos revisaron la zona. Vaciaron papeleras, contenedores, supervisaron los jardines y detectaron un vehículo sospechoso que estaba dos días aparcado en la calle San Fernando, y con dos multas de la Policía Local. "Hace dos días que está ahí, y es muy raro que no lo hayan quitado", comentó otro empleado de un bar situado en esta calle. Pasadas las tres de la tarde, y calmados los ánimos, la zona empezó a recuperar una cierta normalidad. Hasta el lugar donde estalló la bomba se desplazaron, la subdelegada del Gobierno en Alicante, Etelvina Andreu, que tras inspeccionar la zona, confirmó que se trataba de un artefacto de "escasa potencia" escondido bajo las ramas y hojas de un arbusto en una de las macetas del Paseo del Puerto, frente a la Explanada. "No hay daños personales, ni materiales, sólo las hojas del seto han volado por los aires", comentó Andreu que condenó firmemente la acción terrorista.

El delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Antonio Bernabé, declaró que este atentado "no demuestra" que ETA disponga de infraestructura en tierras valencianas. Bernabé afirmó que la situación de la banda terrorista es de "debilidad". Sobre las características del artefacto reiteró que era de escasa potencia y que se baraja la posibilidad de que se trate de medio kilo de amonal.

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Por su parte, la consejera de Turismo, de la Generalitat, Milagrosa Martínez, que fue la única representante del Consell que se trasladó al lugar de los hechos, efectuó unas declaraciones catastrofistas sobre las consecuencias que estos atentados tendrán en el sector turístico. "Esto afecta un montón, es tan perjudicial como el mal tiempo de estos días y estas acciones perjudican seriamente al turismo", comentó la consejera quien agregó que estos atentados generan "temor e incertidumbre" entre los clientes de los hoteles.

Con el alcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi, ausente de vacaciones aprovechando el puente, la alcaldesa en funciones, Sonia Castedo, se desplazó hasta la zona afectada por la explosión. Castedo, que aseguró que el artefacto estaba "muy enterrado" en la maceta, y por este motivo no fue localizado por el dispositivo especial que las fuerzas de seguridad activaron el viernes tras registrarse varias explosiones en Madrid. La alcaldesa accidental quiso destacar la "inmediata intervención policial" y vaticinó que la ciudad "va a continuar funcionando con absoluta normalidad" y, al respecto, recalcó que las celebraciones previstas con motivo del día del patrón, San Nicolás, "no se van a interrumpir". Alicante ayer celebró la festividad de San Nicolás, y media hora antes de la explosión, el patrón había sido sacado en procesión por la Rambla Méndez Núñez, a escasos metros de la Explanada y el puerto, lo que congregó a una gran multitud de personas en esta calle, una de las principales y más céntricas arterias de la ciudad. La noticia de la explosión se propagó como la pólvora en pocos instantes.

"Un río de gente corría como manteros"

Todo sucedió muy rápido. Antonia Verdú, vendedora ambulante en una de los puestos de venta instalados en la Explanada de Alicante, se vio sorprendida por "un río de gente corriendo, alarmada, parecíamos todos manteros huyendo de la Policía", comentó en referencia a las redadas policiales que alertan a los inmigrantes que están vendiendo productos en sus mantas en ese paseo. Junto a ella, José María Torres, camarero en la cafetería Acapulco, ubicada frente donde explosionó el artefacto, relató cómo se quedó, por orden policial, dentro del local sin poder salir con un grupo de clientes y con sus compañeros. "Nos dijeron que nos apartáramos de las ventanas y de los cristales, y durante más de una hora no hemos podido salir". Cómo ellos, centenares de alicantinos y turistas, se vieron sorprendidos por el atentado.

Ayer por la mañana, lucía el sol en Alicante, y tras dos días de lluvias, decenas de personas se echaron a la calle para pasear y muchos escogieron la Explanada. "Vimos un coche de la policía con las sirenas, pidiendo a gritos que desalojáramos la zona, y echamos a correr Rambla hacía arriba", comentó Pedro Perea, un residente en Alicante que estaba con unos amigos. Al lado, una joven pareja de turistas procedentes de Málaga preguntaban angustiados a los periodistas y a la Policía: "Somos de Málaga, ¿saben si hay heridos?". La explosión para muchos alicantinos sonó "como un petardo de Fogueres [las fiestas de Alicante] pero gordo" y coincidió con el final de la procesión en honor al patrón de Alicante, San Nicolás, que se estaba celebrando por las calles del centro, a escasos metros de la Explana.

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