Fomento ya paralizó las obras en la Castellana
Las rutas aéreas del aeropuerto de Barajas no sólo afectan al proyecto urbanístico de Valdebebas, donde el Real Madrid está construyendo su nueva Ciudad Deportiva. Sobre las 7.500 hectáreas de las antiguas instalaciones del club en el paseo de la Castellana -que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, vendió en noviembre de 2001 a Caja Madrid por 188 millones de euros- también transcurría un pasillo aéreo, lo que obligó el pasado mes de marzo a retrasar durante dos meses las obras de los cuatro rascacielos que se están construyendo allí.
Estos edificios, que serán los más elevados de la capital -con una altura de entre 215 y 250 metros-, constituían un factor de riesgo, ya que, debido a su altura, entraban de lleno en una de las rutas de escape de Barajas, un trayecto en forma de óvalo que toman los aviones que no pueden aterrizar tras un primer intento en el aeropuerto de la capital.
El Ayuntamiento se negó por ello a conceder las licencias de obra hasta recibir la autorización de la Dirección General de Aviación Civil, dependiente del Ministerio de Fomento. Y esta autorización no llegaría hasta el pasado 17 de mayo, cuando Fomento anunció que modificaría el pasillo aéreo después del verano tras la inauguración de las nuevas pistas de Barajas.
Cuatro rascacielos
El proyecto de la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid pudo salir adelante, y los rascacielos ya se están construyendo desde el pasado mes de agosto. El complejo estará formado por la Torre Espacio (220 metros de altura), propiedad de la constructora OHL; Torre de la Mutua (250 metros), propiedad de la aseguradora y que será su futura sede; la Torre Repsol (250 metros), futura sede central de la multinacional petrolera, y la Torre Vallehermoso (215 metros), que acogerá un hotel de 600 habitaciones.
Cuando los rascacielos estén terminados, hacia 2007, según el proyecto, formarán parte de un gran parque empresarial, que incluirá un complejo entramado subterráneo: un aparcamiento de 2.150 plazas y un doble anillo de túneles para distribuir el tráfico que el Ayuntamiento construirá a partir de mediados de 2005 -con más de un año de retraso sobre el plazo previsto- y que costarán 120 millones de euros; el 80% lo pagará el Consistorio, y el 20% los dueños de los rascacielos.
