El PCE se opondrá a que Llamazares siga al frente de IU

Prácticamente nadie en Izquierda Unida se plantea ya que la asamblea extraordinaria del próximo fin de semana sea tranquila y sirva para mostrar una formación unida. El comité federal del PCE celebrado ayer marcó la apertura de la guerra por el liderazgo, al aprobar, con un 80% de los votos, la necesidad de buscar una candidatura alternativa a la de Gaspar Llamazares. El hombre fuerte de Andalucía, Felipe Alcaraz, se perfila como rival del actual coordinador.

Con su tradicional ironía, Felipe Alcaraz, veterano dirigente y ex diputado, trató de explicar su posición actual: "El otro día alguien [José Francisco Mendi, representante del ala ecosocialista de IU] pedía que antes de empezar la asamblea se proyectara la película Good Bye Lenin. Yo le digo que, puestos a películas, hagamos la de Que vienen los bárbaros. Yo vendré con ellos, en el número uno o el 15, para ganar o para perder". Varios de los presentes interpretaron esta frase como una declaración oficial de la candidatura de Alcaraz, en la que "los bárbaros" serían todos los que se oponen a Llamazares.

Alcaraz aclara que aún no es candidato pero está disponible. Queda por resolver el gran problema de la oposición a Llamazares: si es capaz de unirse o no. Francisco Frutos, secretario general del PCE y máximo rival del coordinador general, consiguió ayer la mitad de sus objetivos. Logró que el 80% del partido apoye su rechazo frontal a la candidatura de Llamazares (65 votos favor, 13 en contra y tres abstenciones). Además aprovechó que estaba en terreno favorable -va poco a las reuniones de IU y casi nunca toma la palabra- para lanzar un duro ataque contra Llamazares, que también estaba allí. Dijo de él que es el "máximo responsable" de la crisis política que vive la federación.

Pero Frutos no logró su segundo objetivo, fundamental para arrebatar al asturiano el liderazgo de IU. Aún no ha convencido al magma contrario a Llamazares de que se una contra él. Sobre todo no ha logrado que Alcaraz -del que dijo que sería un "magnífico candidato"- se ponga de acuerdo con Enrique de Santiago, secretario general de la Confederación Española de Ayuda al Refugiado, desconocido para muchos delegados pero apoyado por las Juventudes Comunistas. La dirección del PCE trabajará en los próximos días, antes del viernes, cuando empieza la asamblea, para convencer a los dos candidatos de que unan sus fuerzas y "rematen la tarea" para echar al coordinador.

Llamazares ha gobernado IU con una mayoría sólida orquestada en torno a algunos coordinadores autonómicos importantes y figuras como la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar. Por eso, para echarle, Frutos tendrá que juntar también los apoyos de la extrema izquierda de la federación, en algunos casos cercanos incluso a abandonarla, y que en el pasado se opuso a la política tanto de Frutos como de Alcaraz. De hecho, en 2000, cuando la federación se dividió de forma similar a la actual, Frutos perdió porque no logró unir sus votos a los del ala más extremista.

Frutos pidió a todos los miembros del PCE que acaten con disciplina la decisión del Comité Federal, y por tanto no apoyen a Llamazares. Pero esta exigencia no tiene perspectivas de éxito, puesto que el coordinador general, también comunista, tiene un importante grupo de apoyo dentro del PCE. "No creo que los delegados acepten consignas. Sólo ellos son los soberanos", señaló después de la reunión. "En cualquier caso, nuestro enemigo es el PP, no el PCE", comentó.

En cuanto a la política, una de las discrepancias principales, como siempre en IU, surge en torno a la relación con el PSOE. Frutos acusó ayer a Llamazares de colocar a la federación en una posición "subalterna" al PSOE, aunque fue él, según recuerdan en el otro lado, quien firmó el pacto electoral con el PSOE en 2000.